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El enfado de La Moncloa con TVE

jueves 07 de junio de 2007, 14:05h
Recogíamos aquí la pregunta, lanzada desde algún medio hostil a Iñaki Gabilondo, en la que se insinuaba que el presentador de Cuatro había llegado a amenazar a La Moncloa con mantener una política informativa de agresión si no se respetaba la entrevista ‘exclusiva’ que iba a mantener con Zapatero precisamente este jueves. Y es que los monclovitas habían decidido apresuradamente, el martes, propiciar una entrevista esa noche de Zapatero en TVE1 para explicar la ruptura de la tregua con ETA, anunciada esa madrugada. Una decisión tomada, parece, porque no a todos había convencido el breve discurso ‘institucional’, de tres minutos, con el que Zapatero reaccionó, a las once de la mañana del martes, al triste anuncio de ETA.

Pero el anuncio esta súbita comparecencia de ZP en TVE1 fue algo que, según ciertos medios, habría enfurecido a Gabilondo y a la casa Prisa en general, que habrían amenazado a Zapatero con pasarse al enemigo, de acuerdo con lo que contaban esos medios, ‘hostiles’ al imperio Polanco. Y, siempre de acuerdo con esta versión, esta amenaza, hizo recapacitar al presidente y suspender a última hora su aparición en la tele pública.  Nosotros recogíamos la especie, aunque advirtiendo que sin creérnosla del todo, dada la personalidad de quien la difundía y el medio radiofónico en el que lo hacía.

Y era, en efecto, una especie falsa. Estamos en situación de asegurar que no hubo presión alguna ni de Prisa, ni de Gabilondo, ni de Cuatro, para que el presidente suspendiera su comparecencia en TVE1. Lo que sí hubo fue un enfado morrocotudo de La Moncloa con TVE, porque, al anunciar que iba a entrevistar al presidente, la nota de la tele pública decía que se había invitado también a Mariano Rajoy a comparecer al día siguiente y en el mismo tiempo. El enfado se debió a que los servicios presidenciales entendían que lo que Zapatero iba a hacer era una comparecencia informativa como presidente del Gobierno en unos momentos muy graves de la vida política nacional, como era el anuncio de ruptura de tregua con ETA, y no una aparición electoralista o de mera imagen. En esas condiciones, invitar a Rajoy a acudir a TVE al día siguiente y en las mismas condiciones que Zapatero parecía del todo improcedente, y así se hizo saber a los responsables de la Corporación pública, a los que se dijo que, simplemente, habían metido la pata.

Es más: el enfado de La Moncloa no acabó solamente con la suspensión de la comparecencia de Zapatero ante las cámaras de TVE1, sino que se completó con la ida del ministro Rubalcaba a la competencia, es decir, a Telecinco, donde anunció la primicia de que De Juana no iba a ser enviado a su casa. Notición para Telecinco, nada para TVE y exclusiva garantizada, mire usted por dónde, para Cuatro de Gabilondo, que finalmente, entrevistaría en solitario a Zapatero este jueves.
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