Y mientras tanto, otro de los 'enemigos' de
Obama vuelve a ser
Hillary Clinton. Pero no porque ella esté haciendo nada, sino porque los republicanos rescatan sus críticas al candidato demócrata de los tiempos en los que ambos combatían por ese puesto.
El Comité Nacional Republicano no está dispuesto a tirar la toalla y emplea todos los recursos a su alcance para atraer el voto de los indecisos en las horas previas a la cita con las urnas del próximo martes. Para ello, prepara una agresiva campaña de mensajes en los que recordará a los votantes las críticas de Hillary a Obama durante las primarias demócratas.
Se conocen como "robo-calls", y se trata de unos mensajes automáticos de teléfono que inundan las casas de cientos de miles de personas en estos días, fundamentalmente en los estados indecisos. Aunque muchos expertos dudan de su verdadera efectividad, son una de las múltiples estrategias empleadas por los partidos para atraer el voto en los "swing states", aquellos que podrían decantar la elección por uno de los candidatos el 4 de noviembre.
El voto racista
A pesar del mensaje de esperanza y de cambio de Obama, la comunidad negra de Estados Unidos teme que su eventual elección no modifique gran cosa en una sociedad siempre marcada por el racismo y las desigualdades.
"Estados Unidos siempre fue uno de los países desarrollados en donde la segregación racial y social es la más fuerte", afirmó
Dedrick Muhammad, investigador en el Institute for Policy Studies en Washington, grupo de reflexión sobre la justicia social.
El 13% de los estadounidenses negros forman parte de los más desheredados del país. Tienen la esperanza de vida más corta y en prisión son seis veces más numerosos que los blancos. Un niño negro de cada tres nace en la pobreza, subrayó Muhammad que, como muchos negros, apoya a Obama.
Sin embargo, reconoció que la estrategia del senador por Illinois de eliminar casi totalmente la cuestión racial de su campaña
"lo ha vuelto loco". "Lo que me aflige es que no se habla de las desigualdades entre blancos y negros", explicó Muhammad. "
Sé bien que, para Obama, es una estrategia para ganar la partida, pero esto me pone triste".