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El PSOE teme una censura encubierta al Gobierno

Queja formal contra Bono por el debate del estado de la Nación

Queja formal contra Bono por el debate del estado de la Nación

miércoles 29 de abril de 2009, 13:52h
La última reunión de la Junta de Portavoces del Congreso adquirió ribetes de auténtica tensión: ha trascendido que el presidente de la Cámara Baja, José Bono, recibió una queja formal por cómo ha llevado el debate sobre el estado de la Nación, una crítica que inició el portavoz del PNV, Josu Erkoreka, y a la que sumaron el resto de los portavoces. Todos los grupos critican la forma en la que el Gobierno está llevando este asunto. Finalmente, en la tarde de este miércoles el Ejecutivo remitió al Congreso -con considerable retraso- la preceptiva Comunicación oficial.
“A estas alturas, a dos semanas de la fecha del debate del estado de la Nación propuesta por el Gobierno, aún no hay nada cerrado. Ni siquiera tenemos la correspondiente Comunicación”. Es la queja unánime este miércoles de los portavoces parlamentarios, los mismos que un día antes censuraron en la Junta de Portavoces las formas con las que el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero está tratando este asunto y las extrañas maneras con las que el presidente del Congreso, José Bono, está dirigiendo los trabajos previos al debate.

Según ha sabido Diariocrítico de fuentes parlamentarias, este martes la Junta de Portavoces se convirtió en un pim-pam-pum libre y directo contra Bono. Inició la sesión de crítica el portavoz del PNV, Josu Erkoreka, que argumentó que así no se trata a los portavoces de los grupos: informándoles, a través de una nota de prensa, de que el Gobierno había propuesto el debate anual para los días 12 y 13 de mayo. Y por esa misma nota de prensa fue como se enteraron –a través, claro, de los teletipos y de los diarios digitales- de que era en la Junta de ese martes cuando Bono proponía que los grupos consensuaran la forma en la que debía desarrollarse el debate.

Erkoreka llegó a la reunión ‘cargado de razones’, según asistentes a la misma, y afeó la conducta no sólo del Gobierno, de cómo utiliza informativamente una prerrogativa que, efectivamente, es suya, pero sin cortesía parlamentaria, sino también las maneras con las que Bono ‘ninguneaba’ a los grupos parlamentarios. A Erkoreka se unieron el resto de portavoces: desde la del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, hasta el de ERC, Joan Ridao.

Así que, a dos semanas del supuesto inicio de este importante debate anual, la fecha no sido fijada oficialmente por el Congreso de los Diputados. Los portavoces de los grupos no sólo no tienen la comunicación preceptiva del Gobierno, sino que tampoco han podido abordar la mecánica de celebración del debate.

Desde la oposición se tiene la idea de que el Gobierno ha puesto estas fechas como ‘cortina de humo’ de Zapatero, que, dicen, no quiere afrontar la posibilidad de un debate como ése después de las elecciones europeas, en la que las encuestas vaticinan un fuerte batacazo electoral a la candidatura que lidera Juan Fernando López Aguilar.

Ahora bien, las formas –incluida la queja formal contra Bono- en las que se desarrolló la reunión de la Junta del martes, donde hubo unanimidad de los grupos en la crítica al Gobierno, anticipan un debate muy crudo para Rodríguez Zapatero. Desde el Grupo Socialista se teme que el PP, aliado en este caso nacionalistas vascos y catalanes, pueda imponer unas resoluciones que sirvan de censura real a la política del Ejecutivo.

Ante ese peligro real, el portavoz socialista, José Antonio Alonso, se está prodigando en ‘mensajes’ a los catalanes de CiU y a los vascos del PNV para formar un frente ‘antivarapalo’. Ahora bien, son mensajes que hasta el momento ‘no cuelan’, y desde el PSOE se vuelve la mirada una vez hacia los ‘pequeños’, tal y como Diariocrítico ya ha informado hasta la saciedad.
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