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López Aguilar: una Europa socialdemócrata

viernes 17 de abril de 2009, 10:58h

El cabeza de lista del PSOE a las ya cercanas elecciones para el Parlamento europeo, Juan Fernando López Aguilar, líder del socialismo canario y ministro de Justicia del primer gobierno de Rodríguez Zapatero, con quien le une antigua amistad, es un intelectual, catedrático de Universidad, implicado en el mismo proyecto político en el que puso tanta vehemencia esta semana la vicepresidenta Fernández de la Vega en su comparecencia del miércoles en el casi multitudinario desayuno informativo de Europa Press. Se nota que los políticos están en campaña, porque también este jueves ha comparecido López Aguilar en otro de los foros de la capital, el histórico Club Siglo XXI. Hizo su presentación el anterior cabeza de lista, llegado luego a la presidencia del Parlamento europeo, el antiguo ministro, pero sobre todo brillante ingeniero y economista Josep Borrell, un auténtico lujo intelectual del PSOE, por cuyo liderazgo llegó a competir sin éxito. Son dos personalidades muy parecidas, ambos con cabezas muy académicas y estructuradas, ambos de fuertes incluso vehementes convicciones europeístas, y ambos nada estancos al diálogo trasversal de las fuerzas políticas en aras del interés general.

Obama está de moda, qué duda cabe, y se notó en la conferencia de López Aguilar como se había notado en la de Fernández de la Vega. “Pongamos a Europa en sintonía con el cambio profundo que viene de Estados Unidos, pero que necesita de la ayuda de los progresistas para consolidar sus efectos beneficiosos en el conjunto del mundo”, afirmó el candidato socialista.

López Aguilar concreta sus propuestas en una serie de compromisos. El primero, dirigir la economía europea, en su conjunto, a la creación de empleo, reactivar la economía europea aumentando la inversión pública y movilizando todos los recursos financieros, regulatorios y sancionadores, con el acento en estímulos fiscales, desarrollo regional, investigación, educación e innovación tecnológica. Para ello, propone dotar a las instituciones comunitarias de mayor capacidad presupuestaria en los sectores estratégicos para incrementar la competitividad y la cohesión económica y social.

Apuesta el candidato del PSOE por una ruta de marcado carácter keynesiano: recuperación de la confianza en las acciones de los poderes públicos, nuevas inversiones del Estado, apuesta por la sostenibilidad y por la consecución de los Objetivos del Milenio. Para ello, reclama el fin de los paraísos fiscales y el control de los fondos de alto riesgo a través de los supervisores nacionales, una regulación que alcance a todos los sectores del mercado y a sus distintas actividades, coordinada y armonizada a nivel internacional, con tratamientos preferenciales a nivel europeo para aquellas entidades financieras que adopten códigos de conducta, políticas de buen gobierno corporativo, transparencia y nivel honesto de las retribuciones de sus consejeros y directivos, y una agenda, en materia de empleo y protección social, que se oponga a modificaciones a la baja de salarios y condiciones de trabajo y garantice el equilibrio de las partes en la negociación entre empresarios y trabajadores, de manera que se preserve el modelo social europeo contra los riesgos de conflictos sociales, xenofobia y dumping social.

En definitiva, López Aguilar, en estrecha sintonía con los ejes de discurso de Rodríguez Zapatero y de la vicepresidenta Fernández de la Vega, propone una Europa que lidere la cooperación al desarrollo y la lucha contra el cambio climático y defienda un modelo de inmigración ordenada y con derechos. Un modelo socialista sin veladuras que concreta en la afirmación de que “la Europa social y de la ciudadanía ha de ser la Europa democrática de la igualdad, igualdad política, jurídica, de oportunidades y de género”, una Europa que fortalezca las relaciones con Latinoamérica y las áreas mediterránea y subsahariana. El candidato europeo del PSOE no elude ni dulcifica la confrontación: “Estamos en una encrucijada y hay dos caminos. Uno supone el regreso al coto cerrado, al populismo, la demagogia, el proteccionismo, incluso la xenofobia, el miedo a los cambios, en suma, la Europa pequeña, débil y exclusivamente mercantil. El otro gira a la izquierda, protege a los débiles, lidera los cambios, apuesta por la esperanza y no por el miedo, quiere una Europa fuerte, grande, incluyente, con rumbo y liderazgo claros. Votaremos entre futuro o regreso a las políticas que nos han traído los problemas que ahora padecemos”.

A esta proclamación socialista que reclama “más Estado y menos Mercado”, como lo hizo días atrás el ministro José Blanco y lo ha hecho esta misma semana la vicepresidenta Fernández de la Vega, López Aguilar añade su propia vehemencia intelectual como lo hizo este jueves en el Club Siglo XXI, al pedir el voto para un Parlamento europeo “que forje una Europa cargada de su razón de ser, con alma, capaz de apasionar con su épica y fuerza movilizadora, capaz de forjar un sueño europeo digno de ser soñado”. Nada menos. Se anuncia, pues, un campaña dura, muy dura, entre dos convicciones políticas tan antagónicas como las del socialista López Aguilar y el popular, de raíces democristianas, Mayor Oreja. Entre ambos extremos, los liberales españoles, rechazados por la izquierda, falseados por la derecha, parecen dramáticamente destinados a padecer, entre extremos irreconciliables, el vaticinio machadiano de que una de las dos Españas les hiele el corazón.

En el coloquio que siguió a la conferencia, y que me tocó moderar, se produjeron muy interesantes intervenciones en torno al proyecto europeo y a la crisis económica actual, pero era inevitable que también surgiera la cuestión de por qué no fue posible en Canarias, donde López Aguilar obtuvo amplia ventaja en votos y escaños sobre CC y PP, lo que ha sido posible en Euskadi a pesar de haber quedado Patxi López por detrás de Ibarretxe en votos y escaños, es decir, el acuerdo transversal de los dos grandes partidos estatales, PSOE y PP.

Sabe López Aguilar que desde el PP de Canarias se ha atribuido a una actitud intransigente por su parte, y quizá por ello es muy rotundo en su respuesta. Afirma que su voluntad de promover un pacto “de regeneración” PSOE-PP en el Archipiélago naufragó porque, desde antes de las urnas, CC y el PP de Canarias estaban comprometidos a aliarse entre ellos y a excluir cualquier diálogo con el PSOE de López Aguilar, pero no lo atribuye a la dirección central del PP sino a la implicación de máximos dirigentes del PP de Canarias en temas de corrupción y al patrimonio que habría acumulado desde el poder el máximo dirigente popular del archipiélago y ahora vicepresidente del gobierno de Canarias, José Manuel Soria. Habrá que recabar la respuesta de Soria a tan directas y graves acusaciones.
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