Es muy posible que la cabeza de Fernando de Rosa, vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), sea la próxima en rodar, después de la del ex ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo. Ahora es el PSOE quien quiere cobrarse una pieza, y ha fijado el punto de mira en De Rosa tomando como base su reunión con el presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, el mismo día en que De Rosa atacaba a Baltasar Garzón.
Ahora bien, lo que pocos saben es que en el CGPJ no hay ceses, al haber sido elegidos sus vocales por el Parlamento, y hay que esperar a que el vocal de turno presente su dimisión.
Para forzar esa dimisión ha empezado una búsqueda y captura de todo tipo de datos sobre De Rosa, especialmente en su etapa valenciana al frente de la Consellería de Justicia en el Gobierno de Camps. De momento, hay un pequeño dossier referido exclusivamente a actividades públicas de De Rosa, como cuando cerró un acuerdo con la Comunidad de Madrid para atacar o desgastar –supuestamente, claro- desde el ámbito jurídico al Gobierno de Rodríguez Zapatero.
En ese dossier –más bien periodístico, por cierto- se pormenoriza el encuentro que De Rosa mantuvo con Alfredo Prada Presa en mayo de 2008, antes de que Prada fuera cesado por Esperanza Aguirre como consejero de Justicia y de Interior de la Comunidad de Madrid. En ese encuentro se habría llegado al acuerdo antes citado, que explicaría –según fuentes socialistas- una parte de las presiones de la Administración de Justicia –no sólo de jueces, sino también de funcionarios- sobre el ya dimitido Fernández Bermejo.
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