Joan Saura: ¿Rebelión en la Conselleria de Interior?

Una de las explicaciones que se dan sobre la contundencia policial apunta directamente a la intención de 'quemar' al consejero. Ello explicaría no sólo la violencia ante los manifestantes sino contra periodistas e incluso paseantes.

Más allá de la anécdota ocasionada por la intervención violenta de los mossos d'esquadra en las protestas estudiantiles existe un problema que casi no ha aflorado. La policía catalana, creada por una decisión muy personal de Pujol, ha sido durante los últimos años un organismo que ha servido para mostrar el hecho diferencial catalán en el ámbito de la seguridad pública. Los consejeros que se han sucedido en el cargo siempre han cuidado a los mossos hasta dotar a este cuerpo de un importante espíritu de grupo. Pero las cosas se han torcido con Saura.

Se dice que ICV, el partido que preside Saura, asumió Interior a regañadientes. Y se dice también que los otros socios del tripartito insistieron en que los verdes se hicieran cargo del orden público para evitar que continuasen con competencias sólo de 'escaparate' como promoción y participación ciudadana.

Los mossos empezaron siendo un cuerpo policial reducido y poco a poco han ido desplegándose por el territorio hasta asumir el control en Cataluña. Los mandos y dirigentes, algunos de los cuales no han cambiado desde la época Pujol, como Joan Delor, secretario de Seguridad Pública de la Generalitat, forman un núcleo duro muy cohesionado al que no gustó el desembarco de Saura acompañado de dirigentes antaño muy críticos con la policía, como Joan Boada, actual secretario general del departamento de Interior.



Saura ha adoptado estos últimos años medidas que no han gustado a los policías autonómicos, como dotar de cámaras de televisión a todas las comisarías, hecho que ha reducido en un 40% las denuncias por malos tratos. Precisamente casos de este tipo han causado resquemores entre los mossos que acusan a sus jefes políticos de no defenderlos ante denuncias inciertas.

Después de los incidentes Saura, el jefe político de la policía catalana, mostró su malestar ante el comportamiento del cuerpo en aquellos hechos, mientras que los sindicatos del cuerpo se mostraron solidarios con los efectivos criticados. Todas las fuentes consultadas creen que Saura deberá depurar responsabilidades, aunque su problema es que los dirigentes políticos de la consejería son de su línea, mientras que difícilmente puede tocar los mandos intermedios donde se halla la parte más dura de la disidencia y tampoco puede dejar que la policía se manifieste como un organismo fuera del control de los representantes públicos.