Lo acaba de decir el ex copresidente del BBVA,
Emilio Ybarra. "
Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, es mucho menos estricto que antes". El ex banquero vasco, que nunca volvió a hablar a raíz del estallido del escándalo de los fondos de pensiones de directivos del Banco Bilbao Vizcaya, no es el único que ha arremetido contra MAFO. Del Gobernador se dice que "
es un buen economista pero una mala autoridad monetaria". Se echa de menos la autoridad con que movía a los banqueros sus antecesores,
Mariano Rubio,
Luis Ángel Rojo o
Jaime Caruana. De ellos se decía que los presidentes de los grandes bancos temblaban cuando les llamaban a capítulo, y acudían corriendo al palacete de la Cibeles. De cómo se las gastaban lo saben algunos como
Mario Conde o
Enrique Lasarte, los ex gestores de Banesto.
Ahora parece ser diferente. La gestión de la crisis de Caja Castilla La Mancha se considera "una chapuza". Al final se ha abierto, según los expertos, la caja de Pandora. La vía a la posible privatización de las cajas permitiendo que una filial de Cajastur, el banco Libertas, se haga cargo de la entidad.
Al parecer, Fernández Ordóñez se había empecinado en que fuese la Caixa la que se quedase con CCM. Pero
Fainé, - cuidado que las relaciones del presidente de la caja catalana con
Zapatero se han deteriorado a raíz de este episodio y pueden repercutir en la guerra interna en Repsol-, se opuso. No aceptó las condiciones,y entonces los acontecimientos se precipitaron. La adjudicación definitiva a Cajastur se hizo deprisa y sin cuantificar el coste de la operación. Total, que la misma le ha costado al Fondo de Garantía de Depósitos de las Cajas el dinero de que dispone. Se ha vaciado la caja: 2.475 millones para cubrir insolvencias y 1.400 para suscribir preferentes y cuotas participativas, más lo que se ha comprometido con Unicaja se comen los recursos que el FGD poseía a 31 de diciembre de 2008.
Por cierto, otro que anda muy cabreado por tal motivo es
Braulio Medel al que han dado 450 millones para preferentes, y 500 millones para cubrir insolvencias, para llevar a cabo la fusión con Cajasur. Más de la mitad de lo que necesita para llevar a buen término dicha fusión que, por otra parte, se le está atragantando a Fernández Ordóñez. Tanto, que ha tenido que llamar al sacerdote
Santiago Gómez Sierra, presidente de Cajasur y darle un ultimátum: o se fusiona antes de fin de año o interviene la entidad por muy farrucos que se pongan los miembros del Cabildo Catedralicio y el Arzobispado de Sevilla.
Y mientras tanto, el FROB, la panacea con la que se quiere llevar a cabo el proceso de concentración de cajas y el rescate de algunos medianos bancos en dificultades, está siendo mirado con lupa en Bruselas. La comisaria de la Competencia sospecha que las ayudas en forma de avales contempladas en el Fondo pueden ser contrarias a la competencia. Si, al final, deciden desautorizar el FROB, este proyecto se habrá convertido en el mayor fiasco del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, amén de las consecuencias que para el sistema tendría la falta de ese colchón de cien mil millones de euros, máxime cuando el Banco Central Europea estudia la posibilidad de suprimir las descomunales cantidades de capital que inyecta a diario en eurosistema financiero. Y, por supuesto, habría que olvidarse de la famosa y controvertida normativa en materia de ampliación del capital de los bancos que quiere imponer el Gobierno para evitar futuras insolvencias. Entonces sí que quedaría claro, en tal supuesto, que, sin dinero del FROB, sin dinero del BCE y teniendo que provisionar más dinero, eso de abrir el grifo crediticio sería un objetivo imposible de alcanzar. Y entonces se podría en peligro la recuperación económica.