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El cardenal que les llama maricones

El cardenal que les llama maricones

lunes 23 de agosto de 2010, 19:33h
México ha vivido en los últimos días un delicado debate en la Suprema Corte de Justicia de la Nación para avalar la constitucionalidad de las parejas del mismo sexo, de sus derechos similares a los del contrato matrimonial y de la posibilidad de adoptar hijos. 9 de los 11 ministros del Gobierno de México han respaldado la constitucionalidad de la adopción por parte de matrimonios de parejas –gays o lesbianas- del mismo sexo. La reacción de los obispos mexicanos ha sido furibunda.

    El cardenal de Jalisco, Juan Sandoval Iñiguez “no se raja” y se ha expresado con una fascinante claridad cristiana: “Los ministros de la Corte fueron maiceados por Marcelo Ebrard para avalar la adopción de menores por parte de matrimonios del mismo sexo”.  Para este cardenal (por cierto defensor y amigo del corrupto fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel), debatir sobre la constitucionalidad de los derechos de  las parejas del mismo sexo no es una discusión jurídica, sino un acto de corrupción. Hasta los magistrados de la Corte Suprema le han reprochado esta actitud intolerable. No era para menos, una vez escuchadas las palabras del cardenal Iñiguez: “No sé si a alguno de ustedes les gustaría que lo adoptaran un par de lesbianas o un par de maricones. Creo que no”. Al apocaliptico cardenal, por lo visto, le deben dar mucho asco los “maricones”.  (Maciel no).

Cuando invoca para denigrar a los “maricones” los valores de la familia cristiana no siente tanto asco…aunque se supone que deberia saber que la mayor parte de los niños o jóvenes homosexuales o lésbicos de la sociedad mexicana se han formado en familias muy católicas y muy heterosexuales. Marcial Maciel –amigo íntimo de este impresentable cardenal de la Iglesia Catolica Apostólica Mexicana- no fue, que se sepa, adoptado “por un par de maricones”…¡ y ahí lo tienen! Marcial Maciel se dedicó a abusar de menores y a tener prácticas homosexuales o bisexuales con muchos de sus seminaristas y otras personas, a pesar de su acendrada educacion cristiana. ¿O quizás es que fue adoptado al nacer “por un par de maricones”?

Las perlas del cardenal Sandoval Iñiguez no se acabn ahí.  Al parecer es un gran conocedor de la “naturaleza humana.”.  “No es natural -ha dicho también-, claro que no. Imagínate a la pobre criatura que esté allí: ¿a quién le dice papá y a quién le dice mamá? Cuando los vea en sus prácticas, pues él también se va a pervertir, va a seguir ese camino”. Para el cardenal de Jalisco los niños educados o adoptados por una pareja homosexual…¡tienen que acabar siendo homosexuales, qué horror, Dios suyo! 

Para acabarla de liar, monseñor Hugo Valdemar, portavoz de la Archidiócesis de México DF., cuya máxima autoridad episcopal es el cardenal Norberto Rivera, cómplice y defensor de curas pederastas, va y compara la homosexualidad al crimen organizado: “Él (Marcelo Ebrard) y su gobierno han creado leyes destructivas de la familia, que hacen un daño peor que el narcotráfico. Marcelo Ebrard y su partido, el PRD, se han empeñado en destruirnos”.  Como ha dicho muy bien un analista del país azteca, estos obispos no defienden sus creencias, sino exhiben sus prejuicios. No muestran caridad, sino homofobial. No argumentan, acusan sin pruebas. No tratan de convencer, sino de amenzazar con el fuego del infierno.

Al día siguiente de la votación de la Suprema Corte, y tras las declaraciones y posteriores críticas de algunos medios al cardenal de Jalisco, la Conferencia del Episcopado Mexicano emitió un comunicado para respaldar a Sandoval Iñiguez y al portavoz de Norberto Rivera. Para esta Conferencia Episcopal, que aglutina a 100 obispos mexicanos, existe “intolerancia” ante las opiniones de los ministros católicos. ¡Los obispos mexicanos calificando de intolerantes a los ministros del gobierno de México!  Eso si que es ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Es éste el mismo clero que jamás se ha conmovido por los miles de niños abusados por cientos de sacerdotes y algunos obispos en todo el mundo y, menos aún, por la historia –conocida desde hace más de 50 años- de ese icono de la pederastia que fue Marcial Maciel. Son estos los mismos obispos que han  defendido hasta la extenuacion al mayor pederasta de la historia de su pais, al que si Juan Pablo II todavía viera ya le habria hecho santo.

Estos obispos se rasgan las vestiduras cuando el Gobierno, la Asamblea y la Corte mexicanos impulsan leyes que sólo tratan de hacer más humana la vida de los ciudadanos y tratan de asumir una realidad inapelable. Ante los acontecimientos ya mundialmente difundidos sobre los escándalos sexuales en el interior de la Iglesia a lo largo de más de medio siglo… ¿cómo se atreven a invocar la mala influencia de las parejas homosexuales en la educacion de sus adoptados hijos? Dando la vuelta a sus argumentos habría que preguntarse:  “¿A quién le gustaría dejar a su hijo en manos de un cura?”.

Marcelo Ebrard sólo está intentando llevar a cabo el espíritu de la Constitución acerca de la separación secular de México entre la Iglesia y el Estado (cosa que otros países democráticos  y de expresa confesión laica no acaban de lograr). Pero muchísimos obispos –y no sólo los mexicanos- todavía piensan o creen que en nombre de un dios -que no es precisamente el invocado por el Jesús del Evangelio- se pueden echar por tierra las leyes que buscan una mayor comprensión y humanización de sus criaturas.
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