Déjenme hacer las preguntas

No se entiende, tras la lectura de las últimas encuestas ¿o sí?,  la conmoción creada en Arizona, en Estados Unidos y en Europa, tras la matanza causada por un pistolero el pasado 8 de enero en un mitin del partido demócrata y donde la congresista Gabrielle Giffords recibió un disparo en la cabeza, Giffords no gozaba de gran relevancia pero si era conocida por su activismo en causas progresistas en Arizona. Control sobre las armas de fuego, legalización de los inmigrantes irregulares, investigación con células madre, lo que se conoce en los Estados Unidos como una demócrata centrista. Una más de los muchos políticos que los fines de semana trabajan en su circunscripción defendiendo sus ideas. Era pues una representante popular y el hecho ha dado la vuelta al mundo. Como daban desde aquí la vuelta al mundo las acciones de ETA, un camino que emprendió esta organización sabiendo le repercusión que tenía atentar contra un representante del pueblo.

Digo esto, porque leyendo las últimas encuestas parecería que el problema de ésta sociedad es la política y los políticos. Mucho más que la economía o los controladores aéreos, y en meses en los que afortunadamente ETA no ha podido atentar, el encuestado pasa éste problema del primer al quinto lugar, como si la amenaza no existiera y no estuviera ahí. Los encargados de las encuestas parecería se hubieran puesto en sintonía con aquella frase atribuida al dictador y que graciosamente repetían los suyos: “haga como yo, no se meta en política".

¿Y cuál es la alternativa señores Urrutia y Llera?

Víctor Urrutia fue senador socialista antes que el gobierno de Patxi López lo designara responsable del “Eustat” y, Paco Llera, es un conocido catedrático de Ciencia Política que ha hecho famoso el “Euskobarómetro”. Los dos son militantes socialistas y los dos son universitarios con una acreditada trayectoria académica, aunque en todas éstas encuestas hagan posteriores comentarios en favor del Gobierno Vasco. Sin embargo, lo incomprensible es que siendo así las cosas en sus encuestas, se ponga la política y a los políticos, bajo picota, de forma genérica y contumaz. Póngase el dedo en lo que no funciona, pero no en el sistema democrático, que no es comprensible sin políticos.

En política como en medicina, como en el gremio de mecánicos o fontaneros, como en el de taxistas o ingenieros hay de todo, aunque no he visto ninguna encuesta que aparezca el renglón de los servicios como algo que preocupa al ciudadano hasta el punto de suspenderlos a todos. Se podrá criticar a los controladores aéreos, pero no se entiende que se trate de prescindir de ellos. Por eso para mí lo que queda como impresión, tras leer los análisis de estas encuestas, es que los políticos, han de ir a la basura. ¿Es eso?. ¿Y cómo se gobierna una sociedad democrática? ¿No son los partidos los que vertebran la sociedad? ¿Se está propugnando el líder populista sin intermediarios? ¿Vuelven los viejos anarquistas a tratar de sacar del baúl de la historia la Federación Anarquista Ibérica donde, teóricamente, nadie mandaba? ¿Qué es lo que se busca? ¿Cuál es la alternativa?

Tengo para mí que en todas estas encuestas la gran trampa son las preguntas que se hacen y su intencionalidad.

El viernes 10 de diciembre del año pasado, El Correo, titulaba una información de R. Gorriaran de la siguiente manera: “Los ciudadanos confían más en el Ejército que en el Rey”. La información daba cuenta de la última encuesta del CIS que le otorgaba a la institución castrense un 5,71 de media y a la Casa Real, un 5,36. ¿Y saben cuanto a los partidos políticos?. Pues un 2,88 de media.

Sinceramente no me creo estas cifras.

 Al Ejército y a la Casa Real se les mima. No hay una sola noticia negativa sobre ellos. Mucho menos preguntas políticamente incorrectas. A los partidos políticos, se les atiza y desconsidera. De ahí que si me dejaran formular algunas preguntas, creo que otra sería la historia. Y pongo algún ejemplo.

 “¿Está usted de acuerdo que el ministerio de Defensa gaste una partida presupuestaria millonaria para su misión en el Líbano o que esta cantidad se utilice para no congelar las pensiones?”. “¿No cree usted que en la Unión Europea sería mejor existiera un solo ejército y no 27 ejércitos estatales?”. “¿Está usted de acuerdo que se tengan que comprar 30 tanques Leopard que jamás serán utilizados?”. Ya ven, tres preguntas fáciles de contestar referidas a la Defensa. Y cuyas respuestas bajarían ese 5,71%.

Referidas a la Casa Real. “¿Aprueba usted que con dinero público la tarjeta de navidad de los príncipes de Asturias se haya hecho en castellano, francés e inglés y no en castellano, euskera, gallego y catalán, lenguas cooficiales?”. “¿Está usted de acuerdo que a las tomas de posesión de los presidentes americanos acuda solo el Príncipe de Asturias como máximo representante del estado y no se le pueda convocar a las Cortes Generales para que dé cuenta de lo hablado con los nuevos mandatarios?”. “¿Está usted de acuerdo que se promocione solo en clave ditirámbica a los Príncipes de Asturias en una operación unilateral para ir dando a conocer la posible sucesión a la corona?”.

Y en relación a los partidos políticos.

¿Qué opina que Patxi López durante la campaña electoral dijera que no pactaría con el PP y la noche electoral dijo e hizo lo contrario? ¿Cree usted que si HB rechaza a ETA podría concurrir libremente a las elecciones a pesar de que ETA quisiera seguir existiendo? ¿Por qué cree usted que la situación económica en Euzkadi es mejor que en España?

Y así se me ocurren otras quince preguntas, que indudablemente no descalificarían la política y los políticos, sino a quienes lo hacen bien, o mal. Que no es lo mismo ni se escribe igual.