www.diariocritico.com
Creer en los reyes

Creer en los reyes

viernes 07 de enero de 2011, 11:35h
Visito la extraordinaria exposición que el museo del Prado dedica a Rubens  y, ante La Adoración de los Magos, un óleo sobre lienzo de tres metros y medio por  casi cinco metros, iluminado por la luz astral de las jugueterías, casi entro en éxtasis y me hago esta pregunta: ¿deben los padres fomentar la creencia de los niños/as en los reyes? ¿O deben los padres decirles la verdad y contarles que los regalos que recibirán no se los traen los magos sino que son ellos mismos quienes los han adquirido en las tiendas? Si uno es creyente, lo más probable es que no dude y que les cuente a los niños que Jesús nació en Belén y fue visitado por los reyes de Oriente que le trajeron oro, incienso y mirra. Y, por tanto, les dirá a los niños que, el seis de enero, los reyes llegan de Oriente. Pero para el agnóstico y el ateo la creencia en los reyes magos es muy distinta. ¿Un agnóstico, mintiendo, según sus creencias,  debe decirle al niño que los reyes vienen de Oriente o debe decirle la cruda verdad de que los reyes son los padres privando al niño de un sueño cimentado exclusivamente en un relato bíblico? El sociólogo Enrique Gil Calvo, en un brillante artículo, escribió que el mito de los reyes magos era muy instructivo para el niño porque, al descubrir, con los años,  la mentira paterna de la llegada de los reyes, el niño caía en la cuenta de que, en esta vida, nos mienten hasta los padres. 

Y una vez que, según Gil Calvo, el niño sabe que no se puede fiar de sus padres, espabila y da un buen paso para aprender a tragar los no pocos sapos que le esperan en la vida. Esa frase popular de “No te fíes ni de tu padre” cobra su pleno sentido en este asunto, de alcance general, de la creencia en los reyes magos. Todos los adultos hemos vivido la experiencia de haber creído en los reyes magos y de haber descubierto que nuestros padres nos mintieron, una experiencia realmente fuerte. Y respecto a la mentira hay que decir que es un concepto más difícil de definir de lo que a simple vista parece. Mentir, según el catecismo del padre Astete, es decir lo contrario de lo que se piensa con intención de engañar. La definición es excelente. Vargas Llosa no tenía muy claro este concepto cuando tituló erróneamente su libro “La verdad de las mentiras” cuando le correspondía el título “La verdad de las ficciones”. Mentira y ficción son dos conceptos distintos.  Un novelista finge historias pero no pretende engañar a nadie. 

* www.ramonirigoyen.com
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios