Rajoy pone la letra; ¿quién pone la música?

Es increíble. El líder de la oposición sólo tiene respuesta a una joven que le pregunta por las soluciones para crear empleo si se lee sus anotaciones al respecto. La anécdota ya la conocen: el martes por la noche Mariano Rajoy acudió a la entrevista de Pedro J. Ramírez en ‘Veo7′ y una joven que formaba parte del público le preguntó sobre sus propuestas de empleo. Don Mariano fue incapaz de responderla espontáneamente, porque era incapaz de entender eso dijo, su propia letra en las anotaciones que llevaba consigo. Lamentable. Luego, claro, las explicaciones que dio son las de manual. Eso que se les da también a casi todos los políticos. Llámese ZP, llámese Rajoy, llámese como se llame.

Todo esto ha creado una corriente de opinión en círculos de internautas que intentan ridiculizar a Rajoy. A mí, se me viene a la cabeza cierta anécdota que más o menos las fuentes históricas nos recrean. Más allá de la exactitud de la misma, lo importante e el mensaje. Cuando Alejandro Magno aún era príncipe de Macedonia mantenía una difícil relación con su padre, el rey Filipo II. Entre otras cosas, por la cuestión sucesoria. El caso es que durante una celebración llena de vino, el hijo provocó al padre, y este último desenvainó su espada y quiso arremeter contra su joven vástago, situado al otro extremo de la estancia. Filipo, ebrio, tropezó al intentar abrirse paso entre las mesas y los asistentes. Alejandro le ridiculizó en público: “¿Y éste es el hombre que pretende saltar a Asia y conquistarla cuando no es capaz siquiera de saltar de mesa en mesa?”.

Pues eso. Algunos ya hablan de que salimos de Guatemala para meternos en Guatepeor. Otros, simplemente, tiran de la sabiduría popular: más vale viejo conocido que bueno por conocer. Eso no importa. Lo que importa es la poca animosidad del pueblo, de la ciudadanía, para afrontar las próximas elecciones. Rajoy pone la letra. ¿Quién pondrá la música?

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