Spin doctors de la srta. Pepis en la política valenciana

Edward Bernays es conocido como el padre del Spin, una serie de técnicas y tácticas para provocar corrientes de opinión. En su libro “Biography of an idea” las describe todas y define claramente lo que debe esperarse de un Spin doctor. Los Spin doctors son usados en política desde hace décadas y aunque sé de alguno que se atribuye el título, no creo que en España haya uno solo. Son especialmente útiles en situaciones de Control de Daños. Damage control tiene su origen en la marina mercante para el control de la nave y los hombres en situaciones de emergencia que pudieran derivar en el siniestro de la embarcación. Se trataba de encontrar los mejores y más rápidos protocolos de actuación en caso de posible naufragio. Y de establecer en los hombres implicados una determinada manera de pensar ante esas situaciones. En política, un buen jefe de control de daños es un tesoro y más si tiene buenos Spin doctors en su equipo. Varias veces desde que este affaire empezó he escrito que alguien debería despedir a los asesores de Francisco Camps por ineptos. Este asunto, tenido por un tema menor que no da cabida a lo que entendemos por corrupción pura y dura, ha sido manejado con una torpeza y un provincianismo dignos de ser estudiados. De hecho, todavía se podría reconducir si en el PPCV hubiera alguien que supiera de comunicación política de manera profesional y no un grupete de rookies vociferantes que no han ayudado en nada al presidente y que no distinguen la propaganda de la publicidad o de una baldosa de gresite. Y no me pregunten qué haría yo: sé cómo y hasta cuándo y con qué esfuerzo, pero no les voy a hacer el trabajo a los amateurs con coche oficial, faltaría más. El asunto de los trajes, siendo feo y poco claro, es baladí y recae en el ámbito de la vanidad en eso que solemos llamar “dejarse querer”. Supongo que se solucionará como casi todas estas cosas en España: aguantando el tipo hasta que la cosa o se deshaga o llegue a tal nivel la presión que se le busque al presidente una salida “aparentemente” honorable, acaso una embajada ¿en Roma? Aun así, lo lamentable seguirá siendo que el nivel de profesionalidad de la política es tan deficiente en España que no sabemos usar los Spin doctors, ni tenemos estrategas en Damage Control ni, por supuesto, somos capaces de establecer un plan adecuado en un par de horas. Camps no dimitirá entre otras cosas porque con la situación gravísima que estamos atravesando, el affaire de los trajes ha de ser considerado secundario. Tendremos un presidente sentado en el banquillo, va a ser abochornante y se abrirán los telediarios del mundo con esa imagen, ¿pero qué pasará si es condenado a una multa? ¿O si es absuelto? Cosa distinta sería que de lo que habláramos fuera de financiación ilegal del PP y se encausara a Camps por ello, pero esto es harina de otro costal… o hilo de otra vestimenta. . ¿Tiene que dimitir Camps?: el debate