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'T2: Trainspotting': los peligros de la nostalgia

viernes 24 de febrero de 2017, 09:36h
Termina esta segunda parte de 'Trainspotting' con un 'remix' del 'Lust for life' de Iggy Pop a cargo de The Prodigy, no puede ser más acertado para una película que no es tal sino el 'remix' de otra. Es una pelicula que cae abrumada ante el tremendo peso de la nostalgia, como un hombre en plena crisis de los 40 años, incapaz de olvidar los dorados días de su juventud.

Danny Boyle y el guionista John Hodge no se han tomado la molestia de insuflar de vida propia a esta película, se han conformado con una tormenta autorreferencial que logre el guiño cómplice de su audiencia (por lo visto, solo esperan convencer a los que vieron la primera parte con una edad parecida a los protagonistas). La cosa comienza con el personaje interpretado por Ewan McGregor, Mark Renton, volviendo a Escocia 20 años después de los sucesos de la primera parte. En breve volverá a ponerse en contacto con Spud, Sick Boy y Begbie para comenzar una sucesión de acontecimientos con sabor a 'déjà vu'.

Siendo justos no todo es fallido, hay partes interesantes y la escena en el pub de fanáticos protestantes recuerda a la efervescencia de la primera parte pero su incapacidad de liberarse de la alargada sombra de esta hace que no logre reponerse nunca. La película es consciente de ello y en un momento uno de sus personajes le dice a otro "eres un turista en tu propia juventud". Y es que esta película funciona como esas charlas de amigos que hace años que no se ven y lo único que tienen ya en común es los recuerdos idealizados de juventud, esos a los que volverán a recurrir la próxima vez, olvidándose rápidamente de la última quedada.

El estilo anfetamínico de Boyle, perfecto para la energética primera parte, queda desfasado en esta, copiando planos pero sin mucho más que aportar. Por otro lado, si la primera era bastante cruda aquí sus responsables deciden dar una oportunidad de redención a todos sus protagonistas, siendo algo que nunca debería haber sido, complaciente.

En definitiva, 'T2: Trainspotting' no sabe llevar bien su edad, al igual que sus protagonistas. El escritor Irving Welsh ha comparado estas dos películas con la trilogía de 'El Padrino' y ese es, probablemente, el mejor chiste relacionado con esta segunda parte.

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