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La región pedirá en la Conferencia de Presidentes una financiación autonómica que garantice estándares en la prestación de servicios públicos

La región pedirá en la Conferencia de Presidentes una financiación autonómica que garantice estándares en la prestación de servicios públicos

viernes 16 de diciembre de 2016, 12:48h
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha adelantado este viernes que en la próxima Conferencia de Presidentes, que tiene previsto celebrarse en enero de 2017, “vamos a establecer mínimos de financiación que tienen que ver con las necesidades y los derechos básicos de los ciudadanos”, aquellos que estamos dispuestos a reconocerles también a aquellos ciudadanos que vengan a vivir a España.
Parece razonable, ha proseguido el presidente, “que un ciudadano que decida instalarse en nuestro país encuentre la misma atención sanitaria si se queda en Barcelona que si se va a Sevilla o a Santiago de Compostela, y si lo reclamamos para los que vienen también tenemos que gestionarlo para los que estamos”.

Así se ha pronunciado García-Page durante el Desayuno Informativo que este viernes ha protagonizado en Madrid, un evento organizado por la agencia de noticias Europa Press al que han asistido más de trescientos invitados como el ex presidente regional José María Barreda, representantes de asociaciones empresariales, dirigentes sindicales de Castilla-La Mancha y responsables del mundo de la banca y la empresa. El Padre Ángel, presidente de la Asociación Mensajeros por la Paz, ha sido el encargado de presentar al presidente castellano-manchego.

En este mismo contexto, y haciendo una “hipótesis de trabajo”, el presidente regional ha invitado a que el grueso de gasto que tienen las autonomías, que en un noventa por ciento es destinado a Sanidad, Educación y Servicios Sociales, fuese gestionado por el Estado, y que sea el Estado quien establezca el criterio de trato igualitario.

De este modo, “lo que le costaría al Estado garantizar esos estándares de servicios públicos, sanitarios, educativos y de servicios y prestaciones sociales en el conjunto del país, es lo que tiene que ser el sistema de financiación. Lo demás, los caprichos de los presidentes y las singularidades, en cuenta aparte”, y eso es algo que debe quedar “muy claro” en este debate financiero.

El jefe del Ejecutivo autonómico se ha referido también a la necesidad de ser “respetuosos unos con otros porque nos jugamos mucho”, pero es necesario tener claros algunos conceptos como que son los ciudadanos “y no los territorios” los que pagan los impuestos, y por ello uno de los debates que quizá deba ser planteado es “qué pasa en España con el domicilio social de las empresas y con los domicilios fiscales de las personas”, ha apuntado.

En este sentido, ha mostrado su rechazo a quienes defienden, “o no se atreven a criticar”, el sistema progresivo fiscal, pero cuando se habla de territorios cambian el discurso. “Si cada uno recibe lo que da –ha advertido García-Page- es imposible que esto se llame país o que sea un Estado”.

Una reforma constitucional “serena y sin ultimátum”

Durante su intervención, García-Page se ha mostrado muy optimista en el futuro del país. “Van a ir las cosas muy bien en 2017, las cosas que han estado patas arriba van a estar mejor asentadas”, ha augurado. Asimismo, el presidente ha pedido “combatir el fatalismo” y ha recordado que mucho de lo que nos ha pasado de bien en estos cuarenta años ha sido “por un buen hacer como país”, con un importante aumento de las exportaciones o unos titulados universitarios “a los que se rifan”, aunque ahora sea momento “de afrontar cambios”.

Así, García-Page se ha referido a la necesidad de “abordar el melón constitucional como si nos fuera la vida en ello. Hay que reformar y mejorar la constitución, pero la España de ahora -ha aclarado- no es la del ‘78”. El presidente regional ha recordado como entonces “había miedo y pánico”, y se partía “de cero y con todo por hacer”, pero ahora en cambio partimos de una “magnífica” Constitución, “que debe ser plenamente vigente en tanto se cambia”. Para ello, ha abogado por un “enorme acuerdo” y no por “cambios parciales”. “O lo hacemos todos, ha advertido, o habría dificultades”.

Para el presidente regional, “España se merece afrontar la reforma constitucional serenamente y sin ultimátum, pero es imposible abordar un cambio político como si se tratase de un órdago al mus”. Por ello, “hay que estar muy serenos y tener mucha paciencia para tener que aguantar discursos, provocaciones o amenazas que pueden conducir a una enorme frustración colectiva porque ni tienen ningún fundamento”.

Finalmente, y tras afirmar que “hay que hablar de reforma pero en ningún caso de revisión alternativa del texto constitucional”, se ha mostrado convencido de que este proceso “va a terminar siendo un proceso de puesta en valor de las muchas cosas que están bien en la Constitución”.

Asimismo, García-Page se ha referido al necesario “consenso” entre los partidos políticos de ámbito nacional, “entre los demócratas en el conjunto de España”, para abordar los debates pendientes, sobre todo las tensiones territoriales, “más que como un conflicto de izquierda y derecha, como un conflicto de falta de respeto y de lealtad al sistema democrático”.
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