El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, defendió en el pleno del Parlament al diputado de Junts pel Sí Lluis Llach cuando el presidente del PP catalán, Xavier García Albiol, reclamó que fuera desautorizado y destituido por apoyar que los funcionarios sean sancionados si se niegan a cumplir las llamadas 'leyes de desconexión'.
"Intentar presentar a Llach como alguien que amenaza o coacciona no sólo es injusto, es ignorancia, porque la biografía de Llach acredita que ha sido víctima de censura, detención, prohibición, exilio por gente que en el momento de empezar su carrera política gobernaba Franco y cuando la acabó fueron diputados de su grupo, como Rodolfo Martín Villa", respondió Puigdemont, provocando que la bancada de Junts pel Sí se pusiera en pie y aplaudiera a Llach.
En el pleno de ayer, el Parlament aprobó el primer trámite para reformar el reglamento de la Cámara que permitirá dar luz verde de forma rápida - por lectura única y a propuesta de un solo grupo parlamentario - a la ley de transitoriedad jurídica o 'ley de desconexión'.
Por su parte, el ex president Artur Mas aseguró ayer en París, en un diálogo con el periodista de La Tribune Romaric Godin que el referéndum "se llevará a cabo y se aprobará un cuerpo legal en el Parlament" y elogió el trabajo de Puigdemont para que Cataluña "·pueda decidir su futuro político". Además aseguró que "la Constitución española ha perdido legitimidad en Cataluña" porque "una parte importante de la población catalana no acepta ese texto tal y como está redactado y como es interpretado".
Paralelamente, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, participó en un almuerzo organizado por el foro Barcelona Tribuna en el que afirmó: "Todo el mundo sabe que no va a haber referéndum y el primero que lo sabe es Puigdemont. No puede haberlo porque no se puede actuar fuera de la ley".
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