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Rajoy: 'Aquí hacemos una sucesión en 15 días y no pasa nada'

Rajoy: "Aquí hacemos una sucesión en 15 días y no pasa nada"

>> Defiende que hay motivos para un "patriotismo sereno, cívico y orgulloso"

domingo 06 de julio de 2014, 13:19h
Del Campus de FAES a la escuela de verano del PP. De Guadarrama a El Escorial. El plan de "mejora de la calidad democrática" tendrá que caminar 20 kilómetros para pasar del simple enunciado. La regeneración de la política que Mariano Rajoy quiere convertir en bandera de la recta final de la legislatura apenas ha ocupado un par de minutos en su discurso de clausura de las jornadas que desde hace 11 años marcan el comienzo del 'verano político' de la mano de la fundación que preside José María Aznar.
Mariano Rajoy no añadió ni una palabra más a lo dicho en los últimos días, ni sobre los alcaldes, ni los aforados ni el llamamiento al resto de partidos para que muestren su disposición a alcanzar acuerdos. El debate oficial, como el presidente del Gobierno ya anunció, comenzará en la escuela de verano que organiza Génova este año en El Escorial y las propuestas, a partir de septiembre.

Incluso el "tema catalán", según la expresión de Rajoy, ocupó aún menos líneas en su discurso. Quizá se le notó especialmente preocupado por perder un "interlocutor directo" en el PSOE como Rubalcaba, cuyo sucesor, sea el que sea de los tres en liza, con toda seguridad cambiará la estrategia socialista respecto del referéndum soberanista que el presidente del Gobierno insiste "en que no se celebrará".

A cambio, el líder de los populares hizo un canto al patriotismo -"sereno, cívico y responsable"- por un país que "es capaz de hacer una sucesión en 15 días sin que pase nada" ni se hunda el mundo a pesar de que los españoles "suelen ser los jueces más severos con ellos mismos". Reivindicación de un país y de sí mismo, porque si se ha salido de la crisis, o eso apuntan los números, "no es por casualidad, ni nos ha caído del cielo", sino porque "se ha cogido el toro por los cuernos" y "se ha cambiado la política económica". 
Poco más dio de si el primer encuentro público entre los dos pesos pesados del partido en el Gobierno, con un Rajoy hecho un brazo de mar (aunque fuese en la sierra madrileña) y un Aznar un tanto agobiado por una corbata que, o eso se le oyó, no se ha podido quitar en toda la semana. El único 'aparte' a solas de ambos no duró ni para un café. Tampoco era el momento.


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