El veredicto de las tertulias: "No ha estallado de casualidad"
viernes 19 de diciembre de 2014, 23:59h
El alcalde de su pueblo lo define como una "chico normal
hasta esta mañana" pese a sus problemas psiquiátricos. Daniel Pérez
Berlanga se ha convertido en el 'trending
topic' obligado de los debates de la noche, intentando discernir la anécdota de
la categoría y, sobre todo, criticando los fallos de seguridad que ha revelado
el "incidente" de la calle de Génova en el que todo apunta a una persona con
problemas psiquiátricos cuyos gritos contra los políticos se han oído más lejos
que el de los cristales de la sede del PP rompiéndose en mil pedazos. El
veredicto de las tertulias -diezmadas por la Navidad- advierte también de las
consecuencias del pim pam pum a la clase política.
El Cascabel abrió fuego tomándose en serio una noticia que
podía haberse convertido en tragedia, como confirmó un experto policial: "No ha
estallado de casualidad". Carlos Carnicero denunció los fallos de seguridad que
implican lo ocurrido esta mañana. "¿Qué hubiera pasado si hubiera sido un
terrorista suicida?".
Montse Suárez sacó a relucir el polémico tuit de la dirigente
y eurodiputada de Podemos Teresa Rodríguez, una
metedura de pata que rectificó a medias más tarde para corregir lo que parecía
una justificación velada del incidente en la sede del PP. Justo hoy cuando se
la señala como candidata en Andalucía de la formación de Pablo Iglesias, como
destacó Antonio Jiménez.
Alfonso Merlos añadió el caso de Manuel Blasco, alcalde
del PP en un pueblo de Teruel, la misma provincia que Bronchales, que ha dejado
corta a Teresa Rodríguez.
Víctor Arribas, por su parte, aportó uno de los comentarios
más acertados de la noche al señalar cómo la primera versión que circuló a
primera hora, la del empresario arruinado por la crisis, estaba destinada a
triunfar en las redes sociales y más allá mientras se iba descubriendo la
verdad del personaje a lo largo del día.
Responsabilidad
La personalidad de Daniel Pérez Berlanga fue la pregunta de
Sergio Martín a sus contertulios de los viernes, con diferencia los más 'rebeldes'
de la semana en la Noche de RTVE. Graciano Palomo dejó claro que para él se
trata de un "un enfermo" pero sin olvidar que "podía haber matado a alguien". En
su opinión, lo que hay que aprender hoy es "que hay que tener cuidado a quien
se señala como responsable de ciertas cosas".
Antonio Papell concretó más al plantear "si tiene sentido la
propaganda negativa de la clase política", que para él está en la base del
incidente protagonizado por un presunto enfermo psiquiátrico. Alfonso Rojo
aportó a la tertulia la denuncia de los fallos de seguridad que han permitido empotrar
un coche en la sede del partido del Gobierno.
Un breve debate tras el que Sergio Martín dio paso al
segundo plato de la tertulia, la pérdida de apoyos del independentismo en
Cataluña... En realidad, aperitivos hasta llegar a la delicatesen de la noche: la
entrevista a José Mota.
Espías
Carlos Alsina ha apostado por el acuerdo entre EEUU y Cuba y
su Brújula es sin duda la que más y mejor ha ilustrado a su audiencia a lo
largo de la semana. Con ayuda del corresponsal de la emisora en La Habana, Guilllermo
Nova, dio un vuelco a la noche de las tertulias con la apasionante historia de
espionaje que rodea a los protagonistas secundarios de la película.
En Hora25 no se salieron del guión, plagado de muchos otros
temas de debate, y abrió con el suceso de la calle Génova. De paso nos
enteramos que el juez que lleva la investigación es nada menos que Gómez
Bermúdez.
El fallo en la seguridad fue también en la SER argumento
para el debate. Fernando Berlín contó la repercusión internacional de la
noticia y añadía en el camino la protesta de la asociación de afectados por
enfermedades mentales por el tratamiento del autor del suceso en los titulares
de los medios.
En la polémica sobre la seguridad salió finalmente el 'pequeño
Nicolás' a colación, o más bien a cómo se coló nada menos que la coronación de Felipe
VI. En cualquier caso, para toda la mesa no hay ninguna duda de que se trata de
la acción de un desequilibrado que hunde aún más la ya baja moral de la clase
política.