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Podemos se resiste a dejar de ser un "ejército partisano" ante la guerra de desgaste político

> Echenique advierte del peligro de que los debates internos se convierten en divisiones permanentes

domingo 25 de septiembre de 2016, 12:41h
El bloqueo político ha generado que Podemos se rebele contra su propia estrategia y se resista a abandonar su papel de "ejército partisano". La que consideran que es una guerra de desgaste político ha provocado el retorno del mensaje beligerante dentro del debate interno de cómo encajar en las instituciones y adecuar la organización a la nueva etapa. Y todo esto entre nuevas advertencias por parte de Pablo Echenique, que ha asegurado que las divisiones internas pueden dañar al partido si se convierten en permanentes.
Podemos se resiste a dejar de ser un 'ejército partisano' ante la guerra de desgaste político
(Foto: Dani Gago/Podemos)

Después de las elecciones del 26 de julio, Pablo Iglesias anunciaba una nueva etapa en Podemos que estaría marcada por la transformación de un "ejército partisano" a uno regular. La formación morada asumía que la hipótesis del asalto a los cielos había fracasado y abría un debate interno que contúa hasta ahora.

Sin embargo, los últimos movimientos y declaraciones de Iglesias y los dirigentes más allegados han abierto una corriente de revuelta contra la idea que el propio líder de Podemos formulaba. "En estos tiempos, si hay que elegir entre ejército regular y partisano, me quedo con partisano. Afortunamente, creo que no hace falta elegir", ha asegurado Pablo Echenique este domingo.

El secretario de organización de Podemos ha participado durante la última jornada de la Universidad de Podemos en una mesa de debate sobre esta transformación junto a otros dirigentes del partido, como Rafael Mayoral, Carolina Bescansa y Juanma del Olmo.

Los dirigentes se han centrado en los principales retos que consideran que afronta el partido desde el ámbito interno en una línea similar a la expuesta por Iglesias en estos días.

Divisiones permanentes

Durante su intervención, Echenique ha lanzado una segunda advertencia en contra de los posibles efectos adversos de enfocar mal los debates internos. El pasado jueves, el dirigente alertaba de los estragos que podía causar lo que denominaba la "dinámica de pandillas" dentro de Podemos.

Este domingo, ha señalado como un problema el hecho de que las divisiones internas se alarguen permanentemente. En este sentido, Echenique ha instado a no reabrir cada día "todos y cada uno de los debates" porque se convierten en un "lastre agotador".

Echenique ha evitado poner ejemplos concretos, pero posteriormente sí ha calificado como un debate "de chichinabo" las discusiones por el "tono" de Podemos que se han abierto esta semana a raíz de un desencuentro público entre Iglesias e Íñigo Errejón.

Por otra parte, el secretario de organización ha destacado uno de los elementos que más empieza a sonar de cara a la organización: la necesidad de formar nuevos cuadros para asegurar la continuidad del proyecto.

"Las personas que hemos dado un paso y estamos hoy con cargos orgánicos estamos de paso. No somos la roca que construye un castillo", ha manifestado.

Un modelo caducado

La lista de problemas o tareas pendientes que ha expuesto Echenique ha coincidido en parte con la que ha lanzado Juanma del Olmo, diputado y miembro de confianza del equipo del secretario general.

Del Olmo ha explicado que el modelo organizativo que acordó Podemos en la Asamblea fundacional de Vistalegre tenía fecha de caducidad y estaba exclusivamente enfocado en poder plantearse con éxito las diferentes citas electorales.

"Sólo se explica que (el modelo organizativo) siga vigente porque estamos en el ciclo electoral más largo de la historia", ha confesado. La formación morada ya ha anunciado una segunda Asamblea estatal que sólo se celebrará una vez se resuelva el asunto de la gobernabilidad en España.

Según el diputado, los peligros de mantener constantemente en funcionamiento la "maquina de guerra electoral" consisten en que se da una desconexión con el trabajo de los círculos y las bases. Por eso ha instado a recuperar un modelo más asambleario y a actualizar la organización para ser capaces de ser una fuerza que pueda gobernar a corto plazo.

La contradicción institucional

Por su parte, Rafael Mayoral ha destacado que lo que caracteriza la estrategia partisana era la capacidad de plantear una lucha "asimétrica", es decir, un combate entre David y Goliat, una referencia frecuentemente utilizada por la formación.

Una vez que Podemos ha entrado en las instituciones, el reto según el secretario de relaciones con la sociedad civil es el de superar la "contradicción" que según él existe entre la vida institucional y la calle.

Sobre la situación política, Mayoral ha señalado que se continúa en una guerra, en este caso de desgaste, en la que se intenta "cercar" a Podemos desde varios frentes.

"Tenemos que ser capaces de salir del cerco político, y no se sale cayéndole bien a alguno de los otros actores políticos, sino siendo capaces de introducir en la agenda los principales problemas de la mayor social", ha apuntado.

Mayoral ha añadido que ellos no son un partido normal y que, de hecho, él no considera que sean ni siquiera un partido, sino un movimiento. Este discurso supone una vuelta en alguna forma al planteamiento con el que nació Podemos. Es por eso que Iglesias se ha rebelado en parte contra lo que suponen las instituciones, a pesar de que ahora lo hace desde dentro del Parlamento. Una visión que se contrasta más con la de Errejón, que apuesta por adaptarse mejor a las instituciones y sacar lo mejor de ellas.

De momento, la formación no tiene prisa por resolver este o los otros debates internos abiertos. Y eso a pesar de las advertencias de Echenique.

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