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Puigdemont insiste desde Madrid en que el referéndum catalán se hará a pesar de lo que haga Moncloa o la Fiscalía

> Prometió en el Ayuntamiento crear un Estado que mantenga "lazos fraternales con España"
> Renegó de la oferta de Rajoy para explicarse en el Congreso tachándolo de "simulacro"

lunes 22 de mayo de 2017, 18:59h
"Un nuevo estado que mantendrá los lazos fraternales con España que nada ni nadie podrá seccionar", con esta promesa concluyó el presidente de la Generalitat Carles Puigdemont la conferencia sobre el proceso independentista catalán que ofreció esta tarde en una sala del Ayuntamiento de Madrid. Puigdemont insistió una vez más en que el referéndum secesionista se hará sí o sí, al margen de los movimientos que lleve a cabo el Gobierno o la Fiscalía para tratar de impedirlo.
Reunión entre el Ayuntamiento de Madrid, con Manuela Carmena al frente, y la Generalitat de Catalunya, con su peesidente, Carles Puigdemont
Reunión entre el Ayuntamiento de Madrid, con Manuela Carmena al frente, y la Generalitat de Catalunya, con su peesidente, Carles Puigdemont (Foto: Kike Rincón)

"Celebraremos el referéndum y será a partir de entonces cuando ofreceremos nuevamente una propuesta de diálogo y de negociación. Pero el objetivo ya no será celebrar el referéndum sino invitar al Estado español a implementar sus resultados y a contribuir a la transición del nuevo Estado catalán, un nuevo Estado que mantendrá los lazos fraternales con España que nadie ni nada podrá seccionar". Así concluyó el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, la conferencia ofrecida en la Caja de Música del Palacio de Cibeles sobre el proceso independentista catalán.

El Senado se opuso a acoger el acto solicitado por el Govern para abordar el proceso catalán y Puigdemont ha rechazado, desde el Ayuntamiento de Madrid, el ofrecimiento del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de explicar su postura en el Congreso de los Diputados argumentando que no hay una verdadera "voluntad" de entendimiento.

"Ir al Congreso sólo como coartada para difuminar ante los observadores internacionales la ausencia de voluntad política del Gobierno del Estado es un error en el cual ya no vamos a participar", ha explicado esta tarde Puigdemont.

"La voluntad debe ser sincera; y si la hay, el método debe estar al servicio del objetivo, el método no debe ser ningún problema ni una excusa para encontrar soluciones, como no lo fue hace 40 años para permitir el retorno del exilio del president Tarradellas y la restauración de la Generalitat de Catalunya", comparó el president de la Generalitat.

"Pero no cuenten para ningún simulacro, ninguna maniobra de dilación ni ninguna escenificación de falsa voluntad de diálogo. Nada que les permita creer que renunciamos a nuestro derecho a la autodeterminación. Trabajemos desde el reconocimiento mutuo y lograremos el mayor avance democrático de las últimas décadas. Pero no engañemos a nadie ni hagamos perder el tiempo a nadie, que ya no nos sobra", añadió.

Referéndum sí o sí

"El sentido profundo de la democracia va asociado a una urna; a ofrecer voz y voto al pueblo para que sea él quien decida en última instancia. Deberíamos dialogar sobre ello; es más, deberíamos como mínimo poder dialogar sobre ello sin que nadie tenga que responder ante la justicia por el hecho de proponerlo, ni nadie mandara a la fiscalía investigar ideas. Huir de visiones sacralizantes de los estados y su unidad (ni la del Estado español, ni la del futuro Estado catalán) y acercar estas ideas y los principios sobre los que se fundamenta un Estado, incluso su visión de la unidad, acercar estas ideas y valores a la sociedad a la que sirve. Nada es para siempre, nada es inmutable", sugirió Puigdemont como base para el diálogo con el gobierno central.

"Deseamos que el referéndum para Catalunya sea pactado con el Gobierno español. Es la opción más plausible para todos. A imagen y semejanza del Reino Unido y Escocia. Estamos dispuestos a hablar de todo y con todos: la pregunta, la fecha, los requisitos de participación y su validación. Estamos ya sentados en la mesa de negociación y no nos levantaremos sin un acuerdo, si hay voluntad sincera de llegar a él. La oferta de diálogo es permanente. Sin embargo, también queremos dejar claro que jamás renunciaremos a que los ciudadanos catalanes voten para decidir el futuro político de Catalunya si el Gobierno español sigue empeñado en el NO a todo. A pesar de todos los obstáculos que encontraríamos en ese escenario, no tenemos ningún derecho ni ninguna legitimidad para no cumplir con nuestro mandato, un mandato que fue legítimamente expuesto y avalado en las pasadas elecciones (fíjense, nadie, ningún fiscal ni ningún juzgado nos impidió proponer a nuestros ciudadanos lo que hoy intentamos cumplir)", advirtió.

"El diálogo tiene que servir para definir la pregunta a realizar, una pregunta que no conlleve confusión y que todo el mundo sepa qué significa votar 'sí' y qué significa votar 'no'. El diálogo tiene que fijar los resultados para poder considerar válida la respuesta y el compromiso de implementarla. Tiene que fijar, por tanto, un acuerdo sobre la mayoría necesaria y sobre la agenda compartida para corresponder de forma responsable con la decisión de los catalanes. Esperaremos sus propuestas (...)Pero que no quepa ninguna duda de que, si no se articula una propuesta pactada por ausencia de voluntad del Gobierno español, el compromiso del Gobierno de Catalunya con su pueblo es democráticamente inviolable", remachó Puigdemont para insistir en que su intención es celebrar el referéndum cueste lo que cueste.

Antes que Puigdemontl, su vicepresidente Oriol Junqueras aseguró que habrá referéndum pese a las "querellas, inhabilitaciones y condenas" y el conseller de Asuntos Exteriores de la Generalitat, Raül Romeva, pidiera al gobierno de Rajoy que aceptara el referéndum como "apuesta de futuro".

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