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La fe católica del Domingo de Ramos vive en la Villa de Etla

La fe católica del Domingo de Ramos vive en la Villa de Etla

lunes 06 de abril de 2009, 01:45h

El Domingo de Ramos en las comunidades de Oaxaca, es una tradición religiosa de gran arraigo y respeto. La fe de los feligreses hace de la Semana Santa, días verdaderos de guardar luto que se  contagia en propios y extraños.

En la Villa de Etla, el pasaje bíblico de la entrada de Jesucristo a Jerusalén, inicia desde un día antes, con la elaboración de figuras de las palmas que un día después serán bendecidas en la misa dominical de medio día.

Los feligreses en la Villa de Etla, preservan con fe la Semana Santa en el Los tejidos de las palmas, llevan la fe y la creatividad de las mujeres, hombres y niños de esta población, localizada a unos 15 kilómetros  al noreste de la ciudad de Oaxaca.

El verdor de estas palmas, también es adornada con cruces, espigas y flores inmortales.

Los puestos se colocan este domingo de Ramos alrededor del de monumental templo que data del Siglo XVI para que los feligreses al entrar lleven entre las manos las palmas que habrán de proteger sus hogares durante un año.

Son ocho jóvenes, escogido para representan la figura de Jesucristo, que vestidos con túnicas blancas y coronas de hojas, los que presiden junto con el párroco la celebración de la misa, en donde se hace la lectura de diferentes pasajes bíblicos que narran la Pasión del Hijo de Dios.

En este ritual religioso, el sacerdote envío un mensaje contundente a los católicos ahí presentes: Fue la ambición del dinero y el poder político, los que provocaron el sacrificio del Jesucristo. La falta de autoridad de un gobernante y decisión para defender a su pueblo de un grupo que ejerció su poder. Hoy debemos reflexionar sobre esos poderes económicos y políticos que en los gobernantes hacen olvidar el bienestar de sus gobernados. 

Tras la liturgia, los cientos de personas que se dieron cita en la iglesia de la Villa de Etla, caminaron hacia al altar desde donde el sacerdote bendijo las palmas verdes que lo largo del año se harán de secar para ser renovadas en un año más.

La bendición de las palmas que protegerán los hogares católicos durante una año.

Al término de la misa, las familias bajaron al mercado y adquirir los alimentos para la comida dominical con la familia. Todo ahí, son olores, colores y sabores de los tradicionales productos etecos: pan amarillo, queso, quesillo, miel, nieves, tamales, tasajo, tlayudas, tortillas “blanditas”, frutas y flores de muchos colores


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