ZP se los merendó

Un formato de media hora, para que tres periodistas veteranos pregunten sobre todo lo imaginable al presidente del Gobierno --pretendiendo, además, su lucimient. El de ellos, claro-- es inadecuado. Mucho mejor el imaginado por TVE, en el que gentes 'de la calle' plantean el 'qué hay de lo mío' al presidente, que este de Antena 3, con informadores que lo que quieren es que se note su distanciamiento con respecto al inquilino de La Moncloa.
 
Fue un desastre esta entrevista de A3. Pésimamente conducida por una Gloria Lomana extraña hasta en su 'nuevo' físico --pero ¿qué enemigo ha aconsejado a esta mujer?--, la pretendida encerrona, con Alfredo Urdaci incluído, fue superada con toda facilidad por un Zapatero cómodo, impasible, convencido de su verdad, que no necesariamente, claro, tiene que ser la verdad.
 
Fue únicamente Urdaci quien, abusando del turno de preguntas, pareció sacar momentáneamente de sus casillas a ZP, que no pudo reprimir una alusión a los tiempos 'aznaristas' del ex director de informativos de TVE, que fue el personaje más vilipendiado por Zapatero durante toda la campaña electoral que desembocó en las elecciones del 14 de marzo de 2004. Que en el plató de la tele de Lara estuviesen Urdaci y Zapatero fue un logro y un derroche, la verdad, de talante.
 
Lomana estuvo en su papel de agradar al poderoso y tratar de llevar el agua al molino de su empresa  --se lo agradecerá Carlotti--, hasta extremos bochornosos cuando intentó comprometer al presidente a que un 'cara a cara' con Rajoy se realice en A3. Valentín, más bien anodino en su afan de dignidad. Urdaci, un poco incordiante --se le notaba todo--. Y Zapatero ni se despeinó.
 
¿Dijo algo interesante el presidente? Detalles: que llamará a Rajoy a La Moncloa en junio --se lo tuvo que repetir a Lomana--, que la Ley de Partidos se va a cumplir a rajatabla (tampoco era la primera vez que lo decía)...En realidad, poco que no le hubiésemos oído. Inlcuso le permitieron lanzarse por la pendiente, ya muy usada, de la autocomplacencia que le embarga cuando habla de las cifras económicas.
 
ZP quería tranquilizar y aclarar --en lo aclarable y en la medida en que era sincero este propósito-- cuestiones relacionadas con el País Vasco y la concurrencia de Batasuna a las elecciones. En realidad, estuvo poco contundente, y sus interlocutores se lo permitieron. Está muy lejos ZP de ser ese 'míster Bean' con quien algunos lo quieren comparar. Nada de eso: Zapatero sabe que el 'hombre de la calle' solamente pregunta por las cosas que se espera que pregunte el hombre de la calle. Y que los periodistas solamente preguntan por las cosas que todos esperan que pregunten los periodistas. Todos previsibles. ZP, el que más.
 
Si hubo algún titular verdaderamente importante, que lo busque su abuela.