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Soraya, todos somos contingentes, pero tú eres necesaria

Soraya, todos somos contingentes, pero tú eres necesaria

jueves 02 de agosto de 2012, 18:50h
Hay algo perverso en esta crisis que no acabo de ver pero cuya existencia intuyo. Se ha llevado por delante bancos, países y millones de puestos de trabajo.

Recuerdo la del 73 como "mi" primera crisis. Desde entonces hasta la de hoy ya ni sé cuántas van. Luego aprendí que siempre hay alguien en algún tiempo o lugar en crisis. No sorprende señalar que en Roma padecieron burbujas inmobiliarias o que el incendio de Nerón se propagó tan rápidamente por los intereses de arquitectos y constructores. En el Egipto de Ramsés II y en la Jericó de Josué hubo especulación inmobiliaria. Hasta cuentan que a los templarios los acabaron porque controlaban el dinero y su flujo entre Oriente y Occidente con su ejército de monjes soldado y su red de castillos.

¿Y mi favorito, Felipe II? Reinó 42 años y llegó al trono talludito, con 29. Brillaba el Imperio Español y brillaban nuestras artes. Lo que no brilló fue la economía. Carlos I dejó una deuda de 20 millones de ducados (555 MM de euros de la época) y Felipe la quintuplicó dejándole a su hijo más de cien millones de ducados de deuda. (2.700 MM €).

Las Españas -aviso a navegantes: cada vez me gusta más este término- extraían oro y plata de América. Lo transportaban a Castilla y acuñaban moneda para pagar la guerra absurda y hasta entrañable de Flandes. Ese oro sufragó la Grande e Felicísima Armada (lo de Armada Invencible es un mito) puesta luego bajo el mando de un imbécil, El VII Duque de Medina Sidonia, un bueno para nada que no sabía nadar ni navegar, que vomitara desde que zarparon y cuyo único mérito fuera ser yerno de la Princesa de Éboli que ponía choto al de Austria.

Castilla recogía oro, lo fundía, acuñaba y pagaba deudas en Europa. Castilla se despoblaba rápidamente y el antaño próspero negocio de exportación de lana merina decayó: los Países Bajos eran los principales clientes de los laneros castellanos, pero la guerra cortó comunicaciones y contactos. En las Españas no había una industria textil fuerte y casi todo resultaba importado desde Holanda. La solución de Felipe fue novedosa y compleja para la época: declaró default tres veces, al alcanzar el 7% de intereses (¿os suena?) por financiarse internacionalmente.

Resulta sorprendente retroceder apenas unos años en el tiempo para recordar a la entonces aspirante Angela Dorothea Merkel frente a un Gerhard Fritz Schröeder que por un momento llegó a acariciar su tercer mandato: muchos recordaban todavía su posición contra la guerra de Irak. Pero perdió por 4 escaños.

Durante uno de los debates televisados, Merkel confundió renta bruta con renta neta y recibió un revolcón de Schroëder. Tampoco la ayudó que en plena campaña su partido propusiera una reforma tributaria no progresiva favorable a los ricos y no a la clase media. Sin embargo, ganó.

Sus dos mandatos se han caracterizado por un refuerzo de la política interior. Merkel es partidaria de un macroejército europeo, pero no de una Europa federal. "La UE no ha conseguido establecer intereses comunes para las guerras comerciales que se aproximan. Esto es lo que Europa necesita, y no concentrarse tanto en comprobar si las ciclovías se construyen en Portugal de la misma manera que en Alemania". Releída hoy, la última frase resulta tener mucho sentido.


Merkel, desde su primer mandato, mantiene relaciones al margen de la diplomacia europea: desarrollo bilateral con Rusia y las comunidades nórdicas (Nueva Liga hanseática), establecimiento de puentes comerciales con Reino Unido, Asia y EEUU. Ahora España se va a la porra. Según algunos, no pasamos de agosto, según Draghi, ya pero que ya y es que el rizoma de la economía española es como el del lirio común, la simple cagada de una moscarda lo desequilibra y agosta.


Rajoy ni sabe ni puede sacarnos de la crisis. Guindos desaparecerá pronto y Montgomery Burns Montoro cree que Artur Mas es Homer Simpson. Respeto a las Sorayas, aunque me da que del sueño paneuropeo solo quedarán cenizas. ¿Sobrevivirá el euro? ¿Sobrevivirán las Españas? ¿La canción del verano será Ayúdale a caminar? Y cuando el tiempo borre a Rubalcaba y a Rajoy ¿renaceremos?
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