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La deuda española creció, en 2011, a razón de 250 millones de euros diarios.

La verdadera culpable de la crisis en España: la deuda privada

La verdadera culpable de la crisis en España: la deuda privada

miércoles 12 de septiembre de 2012, 12:24h
Se está luchando contra el enemigo equivocado: el déficit y la deuda pública, cuando el principal lastre para la recuperación económica en España es la enorme deuda privada. Un proceso de acumulación de deuda privada cuyos principales responsables hay que buscarlos en nuestro país. En la mala gestión de nuestras entidades financieras, en la laxitud del Banco de España, en la voracidad crediticia de nuestros hogares y empresas y en los distintos gobiernos, que no sólo no buscaron remedios, sino que incentivaron fiscalmente la compra de vivienda y el endeudamiento de las empresas.
Prácticamente todos los focos apuntan a las Administraciones Públicas cuando se trata de buscar culpables a la grave situación. Sin embargo, de lo que casi nadie habla, al explicar la radiografía de esta grave crisis en la que estamos inmersos, es de la deuda privada, una losa que pesa mucho sobre la cuenta de resultados de un país que, como España, está sumido en una situación realmente dramática.

Según los datos publicados recientemente, la deuda total española equivale a cuatro veces el PIB (la medida convencional de la riqueza generada por el país en un año), es decir, algo más de cuatro billones de euros. Esta deuda total estaría así distribuida en octubre de 2011: Deuda Pública, el 16,5% (cerca de 700.000 millones). Deuda de las familias, el 21%, no llega al billón de euros y concentra la deuda hipotecaria de las familias. Deuda de las empresas, el 30,5% (1,3 billones). Deuda de los bancos, el 32% (1,35 billones). Así, la gran masa de deuda, el 83,5%, es deuda privada y casi dos tercios corresponden a los bancos y las empresas.

La onda expansiva de esta realidad afecta igualmente a la deuda privada, es decir, a la emitida por las empresas y los bancos, que no es inmune al contagio. Principalmente, a la de los europaíses que actualmente generan más dudas: España e Italia.

"Los bonos de sus emisores corporativos de referencia también se están viendo bajo presión. Las compañías españolas e italianas han recibido rebajas de calificación como consecuencia de los recortes de rating de sus respectivos países", certifica Stefan Isaacs, gestor de renta fija de M&G Investments.

Uno de los mayores problemas de España, si no el mayor, es el crédito. Pero a diferencia de lo que comúnmente se cree y se dice, el problema no es la falta de él sino el contrario: el exceso de deuda privada, especialmente el de deuda empresarial. Y esto es lo que hace que los mercados pongan trabas para seguir prestando dinero, ya que hay dudas de que el país, en pleno estancamiento económico, pueda devolver todo lo que debe.

La deuda en las familias


Uno de los mayores yugos que pesan sobre las familias es el elevadisimo nivel de deuda que soportan. El falso bienestar económico que hemos vivido durante los últimos años se ha sustentado sobre el crédito, un crédito blando que ha permitido a las familias vivir en su mayoría por encima de sus posibilidades y que ha convertido su renta en una verdadera golosina para una banca con un apetito voraz que, al fin y al cabo, ha cumplido su misión de vender, vender, vender hasta la saciedad. Sin embargo, y eso no se le puede escapar a nadie, ningún banco ha obligado a las familias a suscribir a la fuerza ni una sola hipoteca, ni un solo crédito personal, ni una sola tarjeta de crédito.

 Las únicas responsables han sido y son las familias, movidas por disfrutar del sueño dorado construido artificialmente sobre la codicia y la especulación y no sobre una base de crecimiento económico verdaderamente orgánico. Por tanto, las familias son quienes en última instancia se han sumido en un nivel de deuda tan grande que ahora la gran mayoría de ellas es incapaz de alimentar a uno de los motores más importantes de cualquier economía y que no es otro que el consumo.

La deuda en las empresas


El problema del fuerte endeudamiento en las empresas se basa sobre todo en una de las peculiaridades del mercado español: Las "curiosas" formas de pago que están instauradas y arraigadas en nuestro país. Y es que pagar y cobrar a 30, 60, 90, 180 e incluso últimamente a 360 días ha provocado que las empresas dependan excesivamente de la financiación para cubrir las necesidades de su actividad diaria y, por qué no decirlo, también sus caprichos, que los ha habido y en buen número.

Y ahí precisamente reside la clave de su grave situación actual pues en lugar de utilizar esa financiación para abordar proyectos e iniciativas de carácter innovador, la financiación que solicitaban a los bancos iba destinada sobre todo a cubrir sus gastos corrientes lo que o bien limitaba su capacidad de innovación o bien se sobre endeudaban para acometer dichos proyectos lo que contribuía a exponer sus balances a una situación muy peligrosa cuando llegaran las "vacas flacas".
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