www.diariocritico.com
Todos la echaremos de menos

Todos la echaremos de menos

jueves 20 de noviembre de 2014, 18:53h

Iba a titular este artículo "Sevilla la echará e menos" pero es una obviedad tan evidente que he preferido generalizar y ampliar el campo de los que recordarán estos últimos cincuenta años de Maria del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart Silva, la duquesa o simplemente Cayetanacomo se la conocía en esta ciudad a la que unió sus destinos con ataduras tan fuertemente ligadas a Sevilla como son las figuras de Curro RomeroEnrique el Cojo, el Betis o la Hermandad de los Gitanos. La duquesa se ha ido y, con ella, una parte importante de esa particular forma de ver la vida que se tiene en el sur, mezcla de alegría y tolerancia, de independencia, clase y gusto por la libertad. No era desde luegoCayetana una típica aristócrata de la, como se dice por aquí, Sevilla de toda la vida. Al contrario. Con la edad se fue despegando de esa burguesía clasista y decimonónica de los apellidos ilustres, anclada de la ruína de sus latifundios y mantenida únicamente por ese cerrado mundo de las castas. Ella aborrecía esas "buenas pintas" de muchas de sus colegas y los abrigos de pieles. Prefería las chanclas y las bailarinas a los zapatos de marca con tacón de aguja y los vestidos de gitana a los del mismísimo Balenciaga que tanto usó en su juventud, Era libre e independiente, siempre hizo lo que le vino en gana sin atender a los consejos de sus familiares y supuestos amigos y desoyendo las habladurías de los malpensantes. Tanto es así que debería haber cambiado su apellido inglés de Fitz por el de Free.

Durante los casi cuarenta años que llevo viviendo en Sevilla sólo he podido hablar con la duquesa de Alba en dos ocasiones y nunca más de cinco minutos. La primera vez fue a la salida del teatro de la Maestranza cuando el Ejecutivo de Manuel Chaves le concedió el título de Hija Predilecta de Andalucía el 28 de febrero de 2006. Tras un saludo breve tuvimos que refugiarnos en las Atarazanas escoltados por la Policía ya que Sánchez Gordillo Cañamero, junto a medio millar de miembros del SOC se habían concentrado en el Paseo de Colón en protesta por el homenaje. Me dio la impresión de que a Cayetana no le importaban demasiado los gritos y los insultos de los jornaleros de Marinaleda que parecían no ir contra ella, de ahí la frase que dijo públicamente "unos cuanto locos me dan igual" y que acabó costándole una multa de seis mil euros por injurias. La segunda ocasión fue en la imposición de la medalla de oro de Sevilla concedida por el Ayuntamiento que presidía Juan Ignacio Zoido a la duquesa de Alba y, ese mismo año, al diario ABC de Sevilla, del que yo era subdirector, con motivo de su 75 aniversario y fue un mero saludo protocolario celebrado en el teatro Lope de Vega y el Casino de la Exposición. No he tenido, por lo tanto, una relación especial con Cayetana y, por lo tanto, no me siento obligado a hacer un panegírico de su vida en estos momentos de despedida. Ello no es óbice para declarar mi absoluta admiración por una señora que supo saltarse a la torera las estrictas convenciones sociales que siempre han rodeado a la alta sociedad sevillana.

Pero es que, además, me une a ella mi origen urgavonense. Entre el medio centenar de títulos que ostentaba Cayetana, figura el de IV duquesa de Arjona, mi ciudad natal, que ha recaído en su hijo Cayetano Martínez de Irujo. El ducado de Arjona, el más antiguo de España, no se hereda sino que se concede por méritos propios, de ahí que me sienta orgulloso de que esta genial mujer, que tanto ha hecho por conservar indemne un patrimonio cultural e histórico sin parangón, haya sido la representante de Arjona en todas las cortes del mundo. Eso y, ahora, su exquisito aceite de oliva enlatado en formato de lujo con cuadros de su patrimonio obra de Tiziano, Goya, Velázquez o Rubens que mi mujer vende en su tienda Oleo-le, nos han vuelto a unir. La duquesa, Cayetana, Tanuca, sevillana, currista, bética y gitana, nos ha dejado y deja tras ella un vacío que esta ciudad no sabrá llenar por más mitos que se levanten a ambas orillas del Guadalquivir. Descanse en paz.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios