Gordillo, ¿candidato de Podemos?
martes 09 de diciembre de 2014, 09:58h
No se que interés
pueden tener los muchachos de Jodemos, perdón, de Podemos, en coaligarse con
Izquierda Unida, aunque bien mirado, son tal para cual y lo único que los
diferencia, de momento, es que los primeros aún no han ejercido poder alguno
dentro del país y por lo tanto no se han visto salpicados de demasiados casos
de corrupción (aunque para el escaso tiempo que llevan ya han rapiñado lo
suyo), y los de Cayo Lara llevan varias décadas pactando con
unos y otros para conseguir algún sillón.y, claro, eso les ha enfangado en
casos como el de las tarjetas negras de Caja Madrid y en otros varios a lo
largo y ancho del Estado. Comprendo que los comunistas quieran aliarse con los
de Pablo Iglesias para evitar ser subsumidos por esa nueva
fuerza emergente, fruto del desencanto de la crisis, que ocupa su mismo espacio
político y que amenaza con hacerlos desaparecer a corto plazo. Lo que no
entiendo es la postura de Jodemos, perdón, de Podemos, de buscar alianzas con
un partido cuya ideología se ha visto superada por el tiempo y cuyos ejemplos y
espejos donde se miran no son sino aborrecibles dictaduras tercermundistas
encarnadas por peligrosos payasos cuyas bromas más simples son las de
encarcelar a los disidentes y, en el peor de los casos, se dedican a quitarse
de en medio con métodos poco claros a todo aquel no esté de acuerdo con el
sistema. Aunque en estos últimos tiempos Jodemos, perdón, Podemos, está
moderando y mucho su inicial discurso, algunas entrevistas concedidas por sus
líderes dejan entrever ciertos tics dictatoriales (de dictadura del
proletariado, claro) que siembran dudas sobre su respeto a los espacios de
libertad (de prensa, de reunión, de opinión, de manifestación) que las
democracias occidentales han conseguido tras siglos de lucha contra la opresión.
Lo que más llama la atención de los dirigentes
de Jodemos, perdón, de Podemos, es que casi todos proceden del ámbito de la
Universidad, y más concretamente de las facultades de Ciencias Políticas y,
dado el programa de Gobierno que proponen, no haya ni un solo representante de
los jornaleros andaluces, de los mineros asturianos, de los trabajadores de la
industria o de las empleadas de hogar. Por no haber, ni hay ni un solo
representante de los parados cuando son éstos, los cinco millones de parados
españoles, los que más han sufrido en sus carnes el azote de la crisis
económica, los recortes del Gobierno de la derecha fascista y el olvido y el
desprecio de eso que ellos llaman "la casta". Si finalmente la CUT se
larga de IULV-CA tal y como proponen algunos de sus dirigentes, Pablo
Iglesias debería de plantearse fichar a Juan Manuel Sánchez
Gordillo o a Diego Cañamero para que fuesen los candidatos de Jodemos,
perdón, de Podemos, a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Pero ya verán
como no porque en el fondo Iglesias, Errejón, Monedero y compañía son también,
le pese a quien le pese, una casta pseudointelectual en la que los obreros son
meros peones a utilizar.
No se qué ocurrirá cuando llegue la hora de que
los españoles se enfrenten a las urnas y si todos esos que dicen ahora en las
encuestas que van a votar a Jodemos, perdón, a Podemos, cogerán la papeleta que
encabezará Pablo Iglesias. Yo lo dudo. Otra cosa es que la mayoría
de los votantes de Izquierda Unida, algunos del PSOE y bastante advenedizos que
se han dejado comer el coco con la demagogia de la vivienda gratis total y las
promesas de los 600 euros mensuales por la cara puedan poner al país contra las
cuerdas si consiguen ser la llave de cualquier gobernabilidad, ya sea en el
Estado, en alguna comunidad autónoma o en un municipio importante. Dicen que el
nacionalismo es una enfermedad que se cura viajando. Yo añado que el sofismo de
Jodemos, perdón, de Podemos, es otra lacra que se cura leyendo. Solo basta
contemplar en qué países gobiernan sus avalistas, Cuba, Venezuela e Irán. Tres
ejemplos claros de lo que la gran mayoría de españoles no queremos para España.
En Andalucía, donde IULV-CA gobierna en
coalición con e PSOE tenemos claras muestras de las gilipolleces que pregonan
sus dirigentes. Dice su líder, Antonio Maíllo que es
"absolutamente necesario" que su peón en la Junta, el vicepresidente Diego
Valderas, acuda a visitar los campamentos saharauis de Tinduf para mostrar
el apoyo de la Junta a la causa después de que la presidenta fuese recibida
amablemente por el rey de Marruecos hace un mes. Yo le propongo a Valderas que
mejor les envíe a los saharauis el dinero que le va a costar el viaje y el
desplazamiento a Argelia que les solucionará a los pobre refugiados más
problemas que el verle la cara al ex butanero de Bollullos. Cosas como esa,
gestos y discursos sin resultados, son las que unen a Izquierda Unida con
Jodemos, perdón, con Podemos. Y si nosotros mismos no lo remediamos, son estas
pamplinas las que podemos tener que aguantar mientras el país, que comienza a
sacar la cabeza del túnel tras varios años de sacrificios, vuelve a hundirse en
un nuevo pozo de mierda. A lo peor es lo que nos merecemos por imbéciles y
analfabetos.