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'Superbarça', el triunfo de una filosofía

lunes 08 de junio de 2015, 08:56h
Más histórico todavía. El Barça, digo/escribo. Por si era poco su dominio del fútbol mundial en lo que va de siglo, con cuatro títulos de la máxima competición planetaria, la Liga de Campeones -por supuesto-, lo que ningún otro club ha logrado nunca, ahora tras el triunfo ante la Juve, añade otro récord: único equipo de la historia que repite triplete -Liga, Copa y Champions- en dos temporadas distintas 2009 con Guardiola y en este 2015 con Luis Enrique.

Es más, también los azulgrana son los únicos que en una de ellas, la de 2009, -ya veremos lo que ocurre ahora- logró el pleno de seis títulos, añadiendo al triplete citado las dos Supercopas (España y Europa) y el Mundial de clubes. En definitiva, que el Barça está en el altar del balompié universal, y parece que con la media de edad de sus jugadores, de sólo 28, y la de su otro triplete mágico, Messi (28), Suárez (28) y Neymar (21) aún menor, puede tener cuerda para mantenerse ahí al menos en lo que resta de segunda década del siglo.

Nada de ello es causal. Al contrario, sin olvidar la decisiva aportación en el terreno de juego de Messi, es justo y necesario destacar la doble apuesta del equipo a principios delos 90, cuando iban de fracaso en fracaso, por la filosofía de cantera y la de la forma de entender y cultuvar el juego. Por supuesto en ambas cuestiones bajo la ideología de Cruyff,que dotó a los equipos de todas las categorías una idéntica forma de jugar: la posesión del balón (mientras lo tienes es imposible que te marquen) merced a centrocampistas técnicos en detrimento de los grandullones. Y, a partir de ahí, el control de cada partido.

Una filosofía invariable cuyo primer fruto fue la primera Champions en 1992, con el holandés en el banquillo, sin olvidar la finalísima perdida dos años despuñes ante el Bayern. Después, con algunos altibajos, el equipo fue creciendo y creciendo siempre con esa apuesta por el buen fútbol, por el buen trao del esférico, por la imposición de este criterio jugando siempre al ataque en cualquier campo. Bien con el 4-3-3 del genio holandés, que cuando interesaba se transmutaba en un atrevido y novedoso 3-4-3. Para ello era menester que la fábrica de la Masía produjera a esos locos bajitos a los que se dio opciones de triunfar en su club -ya sabemos cómo trata el Madrid a sus canteranos, por ejemplo-, que desde chavales sabían a qué y cómo se jugaba. Nombres de distintas generaciones ya tan sonoros como el propio Guardiola, Xavi, Iniesta, Busquets, Thiago, Rafinha y otros.

Se insiste que con altibajos, sí, pero en continua progresión, que ha estallado a partir de este siglo. Los azulgrana, desde entonces, aportan sello y vitola propios, siempre juegan igual con algunas variaciones. De ahí que los sucesivos entrenadores tras Cruyff eran de su escuela o tuvieron que adaptarse a la misma. De ahí que no sólo gracias a esta filosofía y a sus maravillosos centrocampistas, llegaran también los éxitos a La Roja (dos Europeos y un Mundial) que copió el estilo Barça, sino que han sentado cátedra y la mayoría de clubes y seleciones grandes han tomado ejemplo del casi mítico club azulgrana.

Y es inevitable otra comparación con el otro club que compate la mayoría de títulos en España, el Real Madrid -aunque han llegado a sus vitrinas menos de la mitad de los que lucen los 'culés'-. El equipo blanco, sobre todo con el caprichoso y autoritario Florentino Pérez, ha apostado por una pléyade de ocupantes del banquillo, cada uno de su padre y de su madre ideológica futbolera, siempre pegando bandazos y prescindiendo de algunos razones tan espurias como que eran "antiguos", como Del Bosque, después doble campeón de Eurpoa y del mundo con La Roja- o que había que dar "un nuevo impulso ¿...?" como ahora con el bueno de Ancelotti, que logró la añorada Décima.

A ello hay que añadir que el Barça ficha bajo una filosofía y apostando por los buenos futbolistas -yaya 100 millones bien utilizados en Neymar y Rakitic, por ejemplo- y el Madrid bajo la de comprar lo más caro que haya en el mercado -130 millones en Bale e Illarramendi-, sin comentarios-. Y agregando por último, lo ya apuntado líneas arriba de que que el Real no posee tanto cuidado y mimo con usu cantera, se puede tener clara la razón por la que ahora su más enconado rival histórico sea el que hace historia, el que le supere no sólo en títulos, que también, sino en admiración Mundial. Pongamos que se habla/escribe del 'Superbarça'.



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