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Autobiografías: la nueva tendencia entre los 'dioses del rock'

Autobiografías: la nueva tendencia entre los 'dioses del rock'

lunes 22 de junio de 2015, 17:33h

"Se lo recomiendo encarecidamente a cualquier viejo roquero que se haya quedado sin blanca y no sepa muy bien que hacer próximamente". El bueno de Neil Young tiraba de ironía cuando hablaba de por qué había decidido escribir su autobiografía 'Waging Heavy Peace', titulada en España como 'El sueño de un hippie'. Claro que también hay algo de cierto en todo ello, sobre todo, si consideramos la avalancha de autobiografías de estrellas del rock que inundan las librerías últimamente, el propio Young, Pete Townshend, Morrissey, Patti Smith... Pocos son los que se resisten a hacer caja y contar su particular versión de una historia con tres protagonistas habituales "sexo, drogas y rock and roll".

Si el género autobiográfico viene dándose desde siempre el 'boom' de nuevas entregas se remonta a 2010, cuando la autobiografía de Keith Richards se convirtió en la sensación literaria del año. 'Life' vendió más que los dos últimos discos en solitario de Richards juntos y además ayudó a reforzar su imagen como el 'auténtico' chico malo dentro de ese grupo de chicos malos que fueron los Stones. Si a esto le sumamos que Keith cobró siete millones de dólares por ello, veremos como toda un pléyade de 'Dioses del rock' parece dispuesto a subirse al carro de contar los secretos de sus grabaciones míticas y las intimidades que ocurrían fuera del escenario. Mas si cabe cuando la venta de discos ha caído en picado en estos tiempos de Internet de banda ancha.

Y es que, en estos libros, las estrellas se debaten entre los que quieren contentar al musicólogo, centrándose en que tipo de afinación utilizaban o en quien se inspiraban a la hora de tocar y componer, y los que quieren satisfacer al cotilla que quiere saber quién se tiró a quién o cuántos televisores se pueden lanzar desde una habitación de hotel.

Pete Townshend en su reciente 'Who I am' prefiere centrarse en los primeros, dedicando amplio espacio a la grabación de sus míticas óperas rock, 'Tommy' y 'Quadrophenia', su preferida es la segunda, a pesar de que reconoce que los Who alcanzaron su plenitud tocando la primera en directo durante el periodo 1969/1971, aunque sin olvidarse tampoco de sus trabajos en solitario o los discos de los Who sin Keith Moon. Claro que Townshend no evita meterse tampoco en asuntos farragosos, como su imputación por bajar contenido pederasta a su ordenador. Una acusación que desmiente sosteniendo que estaba investigando sobre ese tipo de páginas para denunciarlas ya que él mismo había sido víctima de abusos siendo un niño. Unos abusos que le traumatizaron y se deslizaron también en su obra, como en la canción 'A quick one (while he´s away)' o en 'Tommy' con el personaje del 'Tío Ernie'. En el libro Townshend utiliza la música como forma de expresar su rabia y sus ideas sobre el arte, en cierta medida como algo terapéutico, algo que también se puede aplicar a la propia escritura de este libro.

Menos musical pero mucho más poético es 'Éramos unos niños', el libro en el que Patti Smith habla sobre su relación con el fotógrafo Robert Mapplethorpe. Un libro que romantiza su relación como dos vagabundos en el Nueva York de finales de los 60 y comienzos de los 70. Una historia por la que circulan los personajes de la Factoría de Andy Warhol, estrellas del rock como Janis Joplin o Jimi Hendrix, la fauna del Chelsea Hotel y escritores beat como Gregory Corso, William Burroughs o Allen Ginsberg. Este tiene el mejor momento del libro cuando invita a una famélica Patti a un sándwich tras tomarle por un "bello muchacho". Tras descubrir el equívoco, Patti le pregunta: "¿Significa eso que tengo que devolver el sándwich?", a lo que un galante Ginsberg no responde pero sigue hablándole como si nada hubiese ocurrido de Kerouac y demás. 'Éramos unos niños' no da mucha información sobre la grabación de 'Horses' pero es literariamente un gran libro. Uno que se lee casi como una novela y vuelve a demostrar la fuerza de la autora de 'Rock´n´roll nigger' con las palabras. Parece ser que Patti Smith anda trabajando con el guionista de 'Gladiator' en una versión cinematográfica.

Si a Patti Smith le gustaba cerrar sus conciertos con una potente versión del ‘My generation’ de Pete Townshend, a nuestro siguiente protagonista la autora de ‘Horses’ le sirvió como modelo, hasta el punto de afirmar que a los 13 años las tres personas más importantes de su mundo eran David Johansen, de los New York Dolls, Ron Mael, de Sparks, y Patti Smith. Se trata de Morrissey, cantante de los Smiths (que, por mucho amor que le tuviese, no nombró a su grupo así por Patti), que con su ‘Autobiografía’ ha dado todo el juego que se esperaba de alguien que escribió una canción titulada ‘Big mouth strikes again’ (“El bocazas ataca de nuevo”). Claro que la sombra de la creadora de ‘Dancing barefoot’ también se puede ver en como el encuentro clave de la vida de Steven Patrick Morrissey llegó durante un concierto suyo. conoció a su socio de los Smiths, Johnny Marr. Este y Patti son de los pocos que salen bien parados en un libro en el que Morrissey destroza sin piedad a gente de la realeza, inolvidable la parte que dedica a Sarah Fergusson, al resto de miembros de los Smiths, Mike Joyce puede irse olvidando de una posible reunión, periodistas como Tony Wilson, el fundador de The Hacienda, o al juez John Weeks, responsable de la sentencia que permitió a Joyce llevarse un 25% de las ganacias de los Smiths. El libro hace gala del buen saber hacer de Morrissey con las palabras, no en vano es el mejor letrista de su generación, pero también de su tremendo ego y su recalcitrante manera de pontificar sobre todo. Algo que también se puede ver en el hecho de que obligase a su editora, Penguin, a publicarlo dentro de su colección Penguin Classics, normalmente utilizada para grandes clásicos de la literatura como el ‘Ulysses’ de Joyce (James, no el bajista de los Smiths) o las ‘Meditaciones’ de Marco Aurelio.

Posiblemente Morrissey estaba buscando el reconocimiento que recibió el ‘Éramos unos niños’ de Patti Smith, que ganó el prestigioso National Book Award en el año de su publicación, o la afamada primera parte de la biografía de Bob Dylan, ‘Crónicas’, que fue finalista del National Book Critics Circle y es, para quién esto escribe, la mejor autobiografía publicada por una estrella del rock. Claro que sigue sin haber noticias de los planeados dos siguientes volúmenes. Lo que ha hecho pensar a muchos que el tremendo éxito de la autobiografía de Keith Richards ha dado que pensar a sus editores. Todo parece indicar que quieren renegociar un contrato en el que los siete millones de dólares de Keith se conviertan en una cifra de ocho dígitos y el bueno de Robert Zimmerman saque una autobiografía al uso, en un único volumen, con el que hacer caja y contar finalmente que sintió cuando fue increpado como “Judas” y pronunció aquella frase que resume a la perfección el espíritu del rock and roll: “¡Tocad jodidamente alto!”. Nosotros, mientras tanto, volveremos a pasar por caja.

* Artículo cedido por la revista digital Nevermind

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