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El FMI echa cuentas: calcula que Grecia necesita una financiación extra de 50.000 millones
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El FMI echa cuentas: calcula que Grecia necesita una financiación extra de 50.000 millones

> El BCE está dispuesto a adaptar el programa de compra de deuda si es necesario

jueves 02 de julio de 2015, 19:11h
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha alertado este jueves de que la deuda de Grecia es "insostenible", y es que según sus cálculos, el país heleno necesita una financiación extra de 50.000 millones de euros entre 2015 y 2018, por lo que incluso con el plan presentado por los acreedores internacionales requeriría 36.000 millones de euros más de los socios europeos. Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) ha manifestado su disposición a adaptar el programa de compra de grandes cantidades de deuda pública y privada, si es necesario al cambiar las circunstancias.
En el análisis publicado por la institución que dirige Christine Lagarde, el Fondo considera la deuda de Grecia "insostenible" y asegura que la situación ha empeorado desde la llegada al Gobierno del primer ministro izquierdista Alexis Tsipras, al rebajarse, en opinión del organismo, los objetivos fiscales y ralentizarse la aplicación de reformas estructurales.

"Si el programa (de 2012) se hubiera aplicado como se presumía, no habría sido necesaria un mayor alivio de deuda", dice la institución financiera internacional.

El reporte además reduce las previsiones de crecimiento económico para Grecia este año del 2,5% al 0% y empeora sus perspectivas sobre la deuda que previamente había ubicado en una tendencia a la baja desde el actual 175 % del producto interior bruto (PIB) hasta el 128 % en 2020, y que ahora ve en el 150% para esa fecha.

"Cambios muy significativos en las políticas y la perspectiva desde el inicio del año han provocado un alza sustancial de las necesidades de financiación", agregó el documento.

De seguir con los objetivos del programa, apuntó, "sería necesario una quita de deuda correspondiente al 30 % del PIB". El informe del Fondo sale a luz justo cuando Grecia se prepara para el referéndum del próximo domingo convocado por el Ejecutivo de Tsipras, y después de que se rompiesen las negociaciones entre el grupo de acreedores internacionales (FMI, Banco Central Europeo y Comisión Europea) y Atenas para extender el programa de rescate. Tsipras ya ha pedido el "no" en la consulta y ha criticado la oferta de los acreedores, mientras que los socios europeos han pedido el "sí".

Ante la difícil situación financiera, y con los bancos cerrados desde el pasado lunes, Atenas no pudo cumplir con el pago al FMI de un vencimiento de 1.600 millones de euros este martes, que supuso el mayor impago de un país avanzado con la institución dirigida por Christine Lagarde.


El BCE podría adaptar la compra de deuda

Por su parte, el BCE advierte de que la incertidumbre sobre el resultado de las negociaciones entre Grecia y sus acreedores es fuente de volatilidad en el mercado, lo que significa que crea riesgos para el crecimiento de la economía. El BCE no cita directamente a Grecia, pero está claro que se refiere a este país cuando indica que "la incertidumbre sobre el resultado de las negociaciones entre un Gobierno de la zona del euro y sus acreedores oficiales fueron vistas también como posibles fuentes de incertidumbre en el mercado y de volatilidad".

La entidad señala que, "como se ha manifestado en anteriores ocasiones, el diseño del programa ampliado de compras de activos proporcionó suficiente flexibilidad para ser adaptado si las circunstancias cambian y surge la necesidad" de ello.

En junio pasado, el consejo de gobierno del BCE decidió no actuar y su presidente, Mario Draghi, concluyó que este órgano "era unánime en su valoración de que debería revisar la reciente volatilidad en los mercados financieros".

El BCE alerta de que permanecen los riesgos geopolíticos y hace hincapié en que está decidido a implementar hasta el final su actual programa de compras de grandes cantidades de deuda y, en cualquier caso, hasta que la inflación de la zona del euro llegue hasta casi el 2 %.

El Riksbank (banco central de Suecia) bajó hoy por sorpresa 10 puntos básicos los tipos de interés hasta el -0,35 % y anunció que aumentará sus compras de bonos públicos en 45.000 millones de coronas suecas (unos 4.900 millones de euros), ante la creciente incertidumbre económica mundial y la apreciación de la corona.

"La inflación sube y la coyuntura en Suecia sigue reforzándose, pero la inseguridad en el mundo circundante ha aumentado y las consecuencias de la situación en Grecia son difíciles de analizar", manifestó el Riksbank en un comunicado.

El BCE quiere comprar hasta finales de septiembre de 2016 deuda pública y privada por valor mensual de 60.000 millones de euros, en total un billón de euros.
El Banco Central Europeo prevé que va a persistir esta volatilidad en un entorno de bajos tipos de interés en el que los precios de los activos tienden a ser más inestables, como muestra también la experiencia en otras jurisdicciones. "A pesar de la reciente volatilidad en los mercados financieros, se consideró que las medidas de política monetaria funcionaron en la dirección correcta", según las actas de la reunión.

Según la entidad monetaria, "las compras de activos procedieron bien y los efectos positivos eran visibles". El BCE cita que las condiciones de financiación para los bancos, empresas y hogares han mejorado considerablemente, el tipo de cambio del euro se ha debilitado y las expectativas de inflación se han recuperado.

Esta institución comenzó el 9 de marzo a comprar grandes cantidades de deuda pública y privada en el mercado secundario, sobre todo del primer tipo.
La entidad monetaria ha adquirido hasta ahora bonos públicos por valor de unos 194.000 millones de euros. "Hubo, por tanto, un amplio acuerdo entre los miembros de que la expansión monetaria proporcionada por todas las medidas de política monetaria del BCE estaba dando frutos", contribuyendo a la recuperación económica y la subida de la inflación, pero que "era demasiado pronto para declararlas un éxito", agrega.

El Banco de Inglaterra considera también que el recrudecimiento de la crisis por la deuda griega es un riesgo para la estabilidad financiera en el Reino Unido, pese a que la exposición de las entidades británicas es pequeña en este momento. La crisis se podría extender a través de los mercados financieros globales, según la entidad monetaria británica.

En el mismo sentido se mostró el pasado fin de semana el Banco de Pagos Internacionales (BPI), que actúa de coordinador de sesenta entidades monetarias, en su informe anual. El BPI considera que el potencial contagio político de la crisis griega es difícil de evaluar y que la política monetaria es una solución fácil para ganar tiempo, que acaba soportando la mayor parte de la carga por no acometerse ajustes.
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