Durante ese mes, se explicará de manera específica "el gusto por los oriental en siglos precedentes" a todas las personas que participen en las visitas guiadas del fin de semana y bajo petición durante el horario habitual de apertura de los monumentos.
En España, como en toda Europa, el gusto hacia lo chinesco tiene un primer reconocimiento a mediados del siglo XVIII, años de esplendor del estilo rococó, cuando algunos salones de los palacios más distinguidos se revistieron con motivos orientales fruto de la nueva sensibilidad y gustos estéticos importados por los Borbones, explica el Ayuntamiento.
Así, recuerdan, durante los reinados de Carlos III y Carlos IV las Chinoiseries o estancias decoradas con motivos orientales eran un elemento habitual en los lujosos palacios de la nobleza española. El Salón de Té o Salón Chino del Palacio de la Cotilla habla, por tanto, de los gustos de una época y del fuerte interés de Occidente por los productos orientales.
A partir de mediados del siglo XIX la pintura china sobre papel de arroz se convirtió en un producto más de exportación siempre frecuente como decoración en las casas de aristócratas y gente adinerada.