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Ana Pastor y García Margallo
Ana Pastor y García Margallo (Foto: Varios EP)

Margallo y Pastor tendrán que votar por correo para asistir a la inauguración del Canal de Panamá… el 26-J

> La coincidencia de las elecciones con un evento trascendental para la Marca España podría ser la solución menos mala para un desastre diplomático

jueves 28 de abril de 2016, 19:08h

De los papeles de Panamá al papelón del Canal. Al final se ha consumado la tragedia diplomática y las elecciones aguarán el próximo 26 de junio la inauguración del nuevo canal de Panamá, la mayor obra de ingeniería en décadas y que lleva el sello de ‘made in Spain’ de la mano de Sacyr. Un duro golpe para la Marca España que nadie ha conseguido evitar y que obliga a reducir la representación oficial de nuestro país, en teoría al máximo nivel, a la presencia del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, que ya ha avanzado que seguramente tendrá que votar por correo. A su lado es muy probable que también se sitúe la ministra de Fomento, Ana pastor, igualmente obligada a depositar su papeleta por anticipado.

En principio se descarta la asistencia tanto del Rey como del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, por lo que todas las miradas se dirigen al ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, al frente de la delegación española. Dada la importancia internacional del evento para España, trastocado además de por las urnas por la conocida ‘filtración’ que está destapando evasores fiscales por medio mundo, aún no se ha tomado la decisión final. Es probable que la ministra de Fomento, Ana Pastor, personalmente implicada para que el proyecto llegase a buen puerto, también se vea obligada a votar por correo para poder asistir.

No hacían falta los ‘papeles de Panamá’ para que la coincidencia ya resultase enormemente embarazosa para España, tanto que se ha dado la paradoja de que, para el Gobierno, lo mejor era la coincidencia de fechas. Lo menos malo, para ser más rigurosos. Que esto podía ocurrir se sabía desde hace un par de meses; que no tenía arreglo, también, por lo que si se convencía a la Autoridad del Canal para adelantar la fecha podría poner en un brete a Rajoy en plena campaña electoral y, si se retrasaba, se encontraría con un país aún “en funciones” y conjugando el verbo pactar.

En cuanto a Felipe VI se podría aplicar la misma argumentación, aunque la aparición de la hermana del Rey Juan Carlos entre los miles de nombres del bufete panameño es la principal razón que se maneja para declinar la invitación.

En todo caso serían apenas una semana o dos como máximo. Adelantarlo, en realidad, era imposible porque Sacyr entrega la obra el 31 de mayo, con muy poco margen para que la Autoridad de Canal lo prepare para que los súper barcos de contenedores -los Post Panamax- empiecen a utilizar el nuevo paso transoceánico. Necesita cuanto antes empezar a ‘facturar’ y recuperar una ingente inversión de más de 5.000 millones de dólares que lleva demasiado retraso.

Por otra parte, y es la que se aduce como principal razón desde el otro lado del Atlántico, las propietarias de esos buques gigantescos lo necesitan ya, en un momento en el que ahorrar costes es fundamental. Lo de retrasarlo, ni siquiera unas semanas, no era una opción. En el Caribe se han construido también puertos especiales para este nuevo tráfico marítimo que no pueden estar parados más tiempo y Suez es un duro competidor.

La excusa oficial para elegir el 26 de junio es que era la única fecha disponible en la agenda de Barack Obama y del presidente chino Xin Jinping -el principal cliente del canal-. Sin embargo, Diariocrítico ha podido confirmar en fuentes oficiales que el presidente de EEUU no estará en la ceremonia, y tampoco siquiera el vicepresidente Biden. Las verdaderas razones son púramente económicas. Los ‘papeles de Panamá’ se han encargado de hacer el resto.

Para el Gobierno español y sobre todo su presidente también era sin duda la solución más práctica una vez abocados a las elecciones. Ahora sólo se trata de encontrar una respuesta diplomática que no desaire al Gobierno de Panamá, un país donde hay muchas más empresas españolas con importantísimos contratos, y a ser posible no tenga coste electoral.

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