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San Isidro: Padilla se reconcilia con Madrid en una corrida doblemente pesada

San Isidro: Padilla se reconcilia con Madrid en una corrida doblemente pesada

Toros de excesivo peso y descastados con Fandiño y Garrido pasando de puntillas

jueves 26 de mayo de 2016, 22:18h
Sorpresas te da la vida. Y, a veces, la Fiesta, aunque casi siempre son negativas. Mas no fue así este jueves en Las Ventas, donde un santo que no es de su devoción y quien menos se pensaba, Juan José Padilla, le echó agallas y unos gramos de calidad para reconciliarse con los aficionados. Con un encierro sobrado de peso y ayuno de casta de Parladé, no destacaron Fandiño ni Garrido, que coincidieron con el jerezano en intentar lo imposible poniéndose pesados.

Juan José Padilla, en principio y en teoría destinado a ser actor secundario de la película de este jueves en la Monumental, acaparó casi todo el protagonismo y fue despedido con una atronadora ovación. De modo bien diferente a los pitos y desagrado con que, de forma igualmente argumentada, se le trató en casi todos sus paseíllos aneriores. ¿Y cuáles fueron las razones de tan tremebundo e inesperado cambio? Fundamentalmente dos: el valor y entrega del jerezano toda la tarde, y sus intentos de toreo cásico, tan lejos del bastote que ha alumbrado tantas otras veces.

Claro que parte del guión lo traía escrito el propio Padilla, cuando sorprendió a la parroquia al irse a portagayola a recibir a su primero. Al que enjaretó después tres verónicas y una media de buen corte. Sería el destino quien escribió la siguiente escena, que comenzó con la espeluznante cogida en el primer par de banderillas –a todos nos vinieron las imágenes del gravísimo percance de Zaragoza que le costó un ojo-, aunque milagrosamente no sufrió cornada porque su cuerpo quedó en la cuna del toro, que le lanzó por los aires y lueo no acertó a metere el pitón.

Desmadejado y roto, Padilla, no sólo se negó a pasar a la enfermería, sino que tomó los rehiletes y colocó otros dos pares de riesgo, el último al violín. Aún restallaban las humeantes palmas cuando el espada inicio su faena y se gustó en un par de series de ortodoxos redondos y otra al natural con olor a clasicismo y cierto sentido estético. Pero el animal, como harían después todos sus hermanos, atacados de peso, con un promedio de 600 kilos que no aguanta este encaste Domecq, se acabó pronto.

Mas al coletudo no se le había acabado el valor y la entrega frente al cuarto, por lo que tras dos pares de banderillas vulgarotes, estos sí, se lució de nuevo en el otro, de dentro a fuera asomándose al balcón con enorme riesgo de nuevo. Y por si no habían quedado claras sus intenciones, con la flámula, comenzó de hinojos junto a tablas para después sacar al bicho al platillo intentando de nuevo la ortodoxia, pero también se aplomó enseguida su enemigo. No obstante, Padilla concluyó su reconciliación con la cátedra pasaportando al ‘parladé’ de un gran estoconazo.

Eran Iván Fandiño y José Garrido, en su despedida del ciclo, los que se pensaba que serían los protagonistas del festejo. Pero, en parte por la casi nula colaboración de sus lotes –reservones y topones más que embestidores-, y en parte por sus conformismos, se dejaron comer el terreno. Fandiño se quitó de en medio al segundo, único peligroso, sin arriesgar demasiado, y se pareció mínimamente al otrora valiente y buen torero con unas verónicas mecidas al quinto, que sólo le aguantó dos tandas por ambos pitones antes de diluirse como la labor del de Orduña.

También Garrido aportó, sin romperse, su buen manejo del capote en varios quites y luego se alargó en demasía en sus dos faenas de muleta con inservibles arrimones finales mal rematadas ambas con estoque y verduguillo. Fandiño y Garrido deshicieron el paseíllo casi con indiferencia, mientras que Padilla escuchaba posiblemente las más fuertes ovaciones de despedida de su larga trayectoria. Sorpresas te da la vida.

Ficha

Toros de PARLADÉ, con trapío aunque excesivos de volumen y peso; descastados aunque nobles excepto el peligroso 2º, y flojos. JUAN JOSÉ PADILLA: ovación tras aviso; ovación. IVÁN FANDIÑO: silencio tras aviso; palmas. JOSÉ GARRIDO: silencio tras aviso; silencio tras aviso. Plaza de Las Ventas, 26 de mayo. 19ª de Feria. Casi lleno

> CRÓNICA DEL FESTEJO ANTERIOR

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