El Cuerno de África está experimentando uno de los fenómenos climáticos más traumáticos de su historia, que ha puesto en riesgo a más de 11 millones de personas que se han visto afectadas por la peor sequía en los últimos 60 años.
Etiopía, Djibouti, Kenya, Somalia y Uganda son algunas de las regiones más afectadas por el actual fenómeno El Niño en África, después de experimentar dos temporadas sin presencia de lluvias, que han derivado en cosechas perdidas y una extensa pérdida del ganado que ha obligado a los africanos a vivir el incremento del costo de la alimentación. Actualmente la situación ha llegado a límites extremos, poniendo en riesgo la vida de más de 11 millones de personas a lo largo de la región.
Los niños y niñas son los más afectados en esta situación. Consecuencias como la malnutrición, enfermedades, dificultades emocionales y traumas, representan los mayores riesgos derivados del fenómeno atmosférico. Asimismo, las niñas son las más vulnerables en esta lamentable situación, pues son las encargadas de recorrer largas distancias para conseguir agua potable para su familia, y por consiguiente, están expuestas a sufrir abusos sexuales en el camino.
Fue a partir de marzo de 2015 cuando Plan International se ha dedicó a la búsqueda de nuevas medidas de protección para aquellos que son más vulnerables en los tiempos de crisis que vive el país africano. Especialmente se ha propuesto cubrir las necesidades básicas de niños y niñas que son afectados por el fenómeno El Niño directamente, trabajando con sus comunidades para evaluar posibles acciones preventivas para lo que deparan los siguientes 30 años en cuanto a la situación atmosférica.
La ayuda de las organizaciones humanitarias se vuelve imprescindible para salvar vidas, y la necesidad de soluciones a medio y corto plazo es cada vez más notoria. Especialmente en países como Etiopía, donde la agricultura es el sostén principal de la economía, debe enfocarse el entendimiento de los cambios climáticos y su impacto sobre los sectores sensibles a ellos.
Adicionalmente, invertir en restaurar y mantener los ecosistemas es un punto sumamente importante que debe ser analizado a largo plazo, con la finalidad de encontrar las mejores herramientas para luchar contra el cambio climático, y su impacto directo hacia las millones de personas que experimentan sus consecuencias.
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