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En funciones, no se vivía tan mal

viernes 18 de noviembre de 2016, 10:39h

Decía Luis de Guindos el 10 de junio pasado: “No es lo ideal, pero nos podemos permitir seis meses de Gobierno en funciones”, en declaraciones al Financial Times, que como todos sabemos no acostumbra a publicar tonterías, aunque también mete la pata como ávidos de exclusiva dijeron que el BCE no modificaría el tipo de interés ni su política monetaria, pero en realidad fue todo lo contrario. El mejor escribiente echa un borrón.

Pero como en el gobierno anterior y me temo que en este también, el entonces abrumado (por decir algo) Mariano Rajoy, dijo el 29 de agosto: “ el estancamiento político en España ha ido demasiado lejos y este bloqueo, lastra la influencia española en Europa y a nivel internacional y perjudica a la evolución económica”, según declaraba al mismo Financial Times, cuyo medio hasta se atrevió a pedir al entonces líder del PSOE, Pedro Sánchez, que el centro izquierda español se abstuviera, permitiendo así la investidura de Mariano Rajoy. Cualquiera sabe que dijo el traductor de Rajoy al periodista, para que el FT se pusiera tan histérico.

Pero a pesar de ese apocalíptico diagnostico del gobierno en funciones, resultó que el PIB creció en el segundo trimestre un 0,8%, una décima más de lo previsto después de seis meses con un Gobierno en funciones. La Administración realizó el mismo gasto que en el mismo trimestre del año anterior aunque cayó respecto a los primeros tres meses del año, algo habitual en el reparto del gasto durante el ejercicio. Pero lo más significativo fue que la inversión privada y el consumo fueron el motor del crecimiento y los datos fueron más que elocuentes. En primavera, la economía creció un 0,8% respecto al primer trimestre del año, una décima más de lo previsto en los cálculos preliminares, lo cual confirmaba la recuperación, al menos estadística de la economía española, que es una de las que más crece en la zona euro (Alemania en el mismo periodo solo el 0,4%) lo cual confirmó que la falta de acción política apenas afectó a la economía, a pesar de lo que decía Mariano.

Otro dato incontestable de que en funciones se vivía mejor, es que con respecto al mismo trimestre del año anterior con un gobierno funcionando, la economía mejoró un 3,2%. Respecto al mismo periodo de 2015, el gasto público creció un 0,1%, siendo la tasa más baja desde el último trimestre de 2014. Demostrando que aunque el gasto público es enorme, este dato muestra una contención por parte de las Administraciones, pues en algunos trimestres de 2015 el gasto público crecía por encima del PIB.

En definitiva, la mejora económica en funciones fue evidente apoyándose durante los primeros seis meses en el consumo privado y sobre todo en la inversión, que creció un 4% anual. La partida de mayor crecimiento fue la de compra de maquinaria, las exportaciones mejoraron y el efecto de la temporada turística récord. Tal vez el boom turistico hay que achacarlo a que nos visitan más, porque saben que con los hombres de Rajoy en funciones, Mariano Manos Tijeras está quietecito.

Ya tenemos legislatura y nuevo gobierno a lo Rajoy como no podía ser de otra manera, pues con solo repasar la nomina, apreciamos que fiel a su trayectoria, se cubrieron las vacantes necesarias por las renuncias de tres ministros (Soria, Ana Pastor y Alfonso Alonso) porque Rajoy no es amigo de cambios y prefiere ministros conocidos, que barones por conocer y después de ver como a Esperanza Aguirre le han salido ranas y sapos, él los prefiere dóciles y calladitos.

Repasando su escaso movimiento de banquillo que diría Jose Mourinho, desde diciembre de 2011 cuando formó su primer gobierno, solo hizo cuatro cambios, tres de ellos en 2014, Isabel García Tejerina por Miguel Arias Cañete al frente de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, después vino la dimisión del titular de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón (Tunelator) y su fallida ley del aborto reemplazado por Rafael Catalá y Alfonso Alonso que asumió la cartera de Sanidad tras la dimisión de Ana Mato, afectada por los fenómenos paranormales a lo Cuarto Milenio que ocurrían en su domicilio conyugal compartido con Jesús Sepúlveda, otrora jefe de campaña de Aznar, que padeció el síndrome Gürtel que afectó a la buena de Ana dejándola sorda, ciega y muda ante las apariciones de coches de alta gama en su garaje, teletransportaciones familiares a Disneyland Paris con sus hijos, e invasiones de payasos derramando confeti por su casa mientras celebraba cumpleaños de sus hijos, sin encontrar razonamientos sólidos a tan extraños fenómenos que ni una eminencia como el propio Luis Rojas Marcos, fue capaz de encontrar una explicación a pesar de sus doctos conocimientos.

Ya en 2015 por aquello de la reagrupación familiar, como si de una pareja de emigrantes se tratase, Rajoy sustituyó a José Ignacio Wert por Íñigo Méndez de Vigo en Educación, Cultura y Deporte, para que el primero compartiese nido de amor en Paris con su esposa Montserrat Gomendio con la que había contraído nupcias unos meses antes y donde con dinero público, le han montado un piso de recién casados a todo lujo que poco tiene que envidiar a Villa Favorita donde vivía el Barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza, recién casado con Carmen Cervera, pero con la notable diferencia de que el empresario y gran coleccionista de arte, lo costeaba de su bolsillo.

Pero este gobierno, al igual que el anterior, no levanta pasiones salvo por la entrada de Dolores de Cospedal (Lola la Finiquito) en Defensa, antigua presidenta de Castilla La Mancha, tal vez con la intención de hacer una cruzada desde su ministerio contra las hordas rojas que le ganaron en la elecciones autonómicas pasadas y tome como reto convertir a Cabañeros en un campo de tiro para el Ejército del Aire, fiel a su norma de dejar su sello catastrófico en la región de la que fue presidenta. Otro de los favorecidos con un sillón ministerial es Iñigo de la Serna en Fomento, que tiene al Tribunal Supremo pendiente de dictar una sentencia que anulará el Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad de la que fue alcalde, confirmándose el principio de poner como máximo responsable al que menos sepa de la materia que va a dirigir. Otro nombramiento pecuniar (¡perdón! peculiar quería decir) es el de Juan Ignacio Zoido, nuevo Ministro de Interior, sevillano y apadrinado por su paisano Javier Arenas, mentor, tutor, preparador y patrocinador, que cuando era Ministro para las Administraciones Públicas lo nombró Delegado del Gobierno en Andalucía, aunque previamente ya lo había sido en Castilla La Mancha. Aunque de verdad, el mentor de Zoido pero con otros fines, es Luis Bárcenas que en su papel de Papa Noel de Génova, con su generosidad en dar sobres con sobresueldos, le embolsó a Zoido un total de 188.300 € brutos.

Como vemos, más de lo mismo y una sola esperanza, en la confianza de que la oposición haga su papel de verdad y pronto tengamos un nuevo gobierno en funciones, para que España crezca y entre en la Champions League de la economía como decía ZP.

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