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Iglesias habla con el ministro Rafael Catalá en el Congreso de los Diputados
Iglesias habla con el ministro Rafael Catalá en el Congreso de los Diputados (Foto: Dani Gago/Podemos)

Iglesias promete forzar un referéndum si PP, PSOE y C's pactan solos una reforma constitucional

miércoles 07 de diciembre de 2016, 09:22h
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha advertido que la reforma de la Constitución Española no puede pactarse sólo entre PP, PSOE y Ciudadanos. Esto de momento no se está planteando, pero Iglesias ya avisa que Unidos Podemos tiene la fuerza parlamentaria suficiente para forzar un referendum sobre cualquier cambio en la Carta Magna. El líder de Podemos ha avisado además que no se puede dejar fuera a los catalanes porque sería "hacer el ridículo".

Un día después del Día de la Constitución, el debate sobre si es posible su reforma sigue sin tener una respuesta clara. El Gobierno ha enfriado las posibilidades de llevar a cabo una modificación de calado si no hay un amplio consenso previo entre los partidos políticos, algo que a priori parece complicado.

En los corrillos de los actos celebrados en el Congreso de los Diputados para celebrar el 38º aniversario de la Constitución, el PP dejó claro que no iban a tomar la iniciativa de esta reforma pero admitían que el diálogo sobre la misma era ineludible y concretaban que el consenso se debía llevar más allá de su partido, PSOE y Ciudadanos.

Sin embargo, desde Podemos no se fían. Este miércoles el secretario general de la formación morada, Pablo Iglesias, ha rechazado la posibilidad de que el debate sobre la modificación de la Carta Magna se convierta en un "bunker de los tres partidos que sostienen a Mariano Rajoy".

En una entrevista en 'Radiocable', Iglesias ha lanzado ya una advertencia: Unidos Podemos tiene peso suficiente para pedir una consulta ciudadana sobre cualquier cambio. El objetivo es que no se vuelva a producir un acuerdo como el que realizaron PP y PSOE para cambiar el artículo 135.

Esta idea ya la apuntaba el secretario político de Podemos, Íñigo Errejón, en un artículo publicado en 'El Periodico de Catalunya'. "Existe el riesgo de que algunos intenten forzar una reforma cosmética, pero se encontrarán hoy con un obstáculo que no existió en el 2011: un grupo parlamentario con fuerza suficiente como para poner en práctica el artículo 167.3 de la propia Constitución", escribía Errejón.

El dirigente señalaba un punto de la Carta Magna dentro de la sección que define el mecanismo para la reforma. El artículo en concreto sostiene que una vez que la modificación sea aprobada por el Congreso y el Senado puede ser sometida a referéndum cuando así se solicite por una décima parte de cualquiera de las Cámaras. De esta manera, sólo harían falta 35 diputados, mientras que Unidos Podemos tiene 67.

Iglesias también ha apuntado la necesidad de contar con las demandas que vienen de Cataluña y de otros territorios porque, según él, plantear una reforma constitucional que no guste a los destinatarios sería "hacer el ridículo".

"Si piensan que pueden hacer reformas constitucionales a través del despotismo ilustrado, sin contar con la gente, seguirán en la lógica del atrincheramiento y del bunker que no lleva a ninguna parte", ha reprochado Iglesias.

Tanto el líder de Podemos como su número dos rechazaron acudir a los actos de celebración del aniversario de la Constitución, pero ambos utilizaron las redes sociales para lanzar mensajes a favor de su aplicación y posterior modificación. En un vídeo de Facebook, Iglesias apuntaba que no creía que "la triple alianza" de PP, PSOE y Ciudadanos o "los padres del inmovilismo" sean capaces de recoger el proceso constituyente que ya se está produciendo en la sociedad.

Quienes sí acudieron al Congreso fueron Carolina Bescansa y Pablo Echenique que criticaron la hipocresía de quienes alaban la Carta Magna desde los cócteles pero luego violan diariamente sus artículos. Ambos dirigentes protagonizaron un pequeño incidente al no permitírseles entrar en el Salón de los Pasos Perdidos debido a la capacidad de la estancia desde la que la presidenta del Congreso, Ana Pastor, dio su discurso. En cambio, tuvieron que escuchar a Pastor desde una sala anexa a través de una televisión.

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