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Podemos, ante una nueva encrucijada: ¿blindar a Iglesias o limitar su hiperliderazgo?

> La estrategia defensiva de dirigentes cercanos a Iglesias contradice la búsqueda de un menor personalismo

miércoles 04 de enero de 2017, 16:28h
Podemos se ha encontrado de nuevo con la contradicción interna entre el deseo de avanzar hacia un menor personalismo y la protección del proyecto a través del blindaje de la figura de Pablo Iglesias. Carolina Bescansa o Juan Carlos Monedero han apuntado en los últimos días que el rol de Iglesias es imprescindible, a pesar de que también se intenta destacar que todos son sustituibles al estar "de paso" en política. Errejón ha apuntado que se equivocan los compañeros que entran al debate sobre el rol de Iglesias, pero ha señalado que la maduración de Podemos tiene que significar que tampoco el líder es imprescindible.
Podemos, ante una nueva encrucijada: ¿blindar a Iglesias o limitar su hiperliderazgo?
(Foto: Dani Gago/Podemos)

Ningún dirigente de peso se ha decido aún a disputar el liderazgo de Podemos a Pablo Iglesias ante el proceso de renovación de los órganos que se producirá en febrero. Es más, Íñigo Errejón o figuras del sector anticapitalista lo han descartado. Sin embargo, eso no ha impedido que algunos de las posiciones en los debates internos se hayan interpretado por el sector más próximo al secretario general como amenazas a su liderazgo.

El debate lo reabría el cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero, que en artículo en '20 minutos' dejaba un titular contundente: "Si cae Iglesias, cae Podemos". El profesor de ciencias políticas señalaba que el líder de la formación era el responsable de haber acumulado cinco millones de votos en las generales y hacía una crítica abierta hacia quienes, desde dentro de Podemos, habían ayudado al "sistema" en su intento de cargarse a Iglesias.

Esta afirmación era respaldada por la secretaria de análisis político, Carolina Bescansa, que llegó a decir que, aunque todos en Podemos eran "sustituibles", consideraba que el rol de Iglesias era "imprescindible".

El repliegue defensivo sobre la figura de Iglesias llega en un momento de debate interno, en el que el mensaje más repetido era el que señalaba la necesidad de que Podemos disminuyera su dependencia de una o dos caras para favorecer una mayor coralidad. Tanto Iglesias como otros dirigentes coincidían en que este era uno de los principales retos de cara a Vistalegre II.

Así lo ha recordado también el secretario político de Podemos, Íñigo Errejón, que se ha desmarcado del blindaje de la figura de Iglesias. En una entrevista en 'Al Rojo Vivo', el número dos de Podemos ha llegado a afirmar que se equivocan los compañeros que entran en este debate, pues nadie cuestiona la continuidad de Iglesias al frente de la secretaría general.

"La maduración de Podemos como fuerza política está en convertirse en una organización con una cultura política que haga que nadie sea imprescindible. Y cuando digo nadie, digo nadie", ha afirmado Errejón.

El dirigente de Podemos ha asegurado que esta afirmación no es una crítica hacia el trabajo de Iglesias sino una filosofía que comparte con el líder del partido. En este sentido, ha señalado que para ser una organización más fuera hay que reducir la dependencia de un nombre propio.

Pero, como ha reconocido el propio Errejón, la cuestión del hiperliderazgo de Iglesias recorre la historia del partido desde su misma formación. "Podemos pudo nacer porque había una persona, Pablo, que era más conocido y tenía más tirón que el proyecto colectivo", ha recordado el número dos de Podemos.

La dependencia de la figura de Iglesias se pudo ver en algunas de las primeras decisiones del Podemos, como la de incluir la cara del secretario general en las papeletas de Podemos para las elecciones europeas de 2014. Una decisión que ya generó críticas internas, pero que se argumentó como una táctica puramente electoral por la diferencia entre el nivel de conocimiento que generaba el entonces profesor y tertuliano y el naciente partido.

Así llegó Podemos al momento de su asamblea fundacional -Vistalegre I-, en la que los propios protagonistas han reconocido que se produjo un repliegue conservador en la cúpula para reforzar el partido de cara al largo ciclo electoral que tenían por delante.

Iglesias, con el apoyo de Errejón y del equipo fundador, logró todo el poder de los órganos e impuso su hoja de ruta. Pero el líder de Podemos también recibió los primeros retos desde fuera de su círculo más cercano, como la crítica de "macho alfa" de un militante de base o la disputa de Pablo Echenique y los anticapitalistas (en la que llegaron a pedir una organización con tres secretarios generales).

Más de dos años después de ese momento fundacional, Podemos sigue sin haber resuelto cuestiones como la de asegurar la supervivencia del proyecto o la de encontrar relevos a los actuales dirigentes del partido. Y eso a pesar de que desde el primer momento, Iglesias y los otros miembros de la cúpula rechazaron la etiqueta de 'políticos profesionales' y destacaron que ellos estaban de paso, tanto en las instituciones como en el partido.

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