La mítica 'cantante calva' de Ionesco se actualiza y se mete en un McDonlads

La larga y vasta -ésta sí con v, no confundir- trayectoria de la Compañía Hongaresa, fundada por Paco Zarzoso, Lola López y la propia Lluïsa Cunillé, ha cumplido veinte años teatrales. Dos décadas dedicadass a la escritura dramática y a la puesta en escena. En estas dos décadas, la Hongaresa ha estrenado veinEdós piezas que se han visto, entre otros espacios, en el Teatro Lliure de Barcelona, Sala Valle-Inclán del Centro DramáEco Nacional, Corral de Comedias de Alcalá de Henares, Cuarta Pared de Madrid, Sala BeckeS de Barcelona, Teatro Rialto de Valencia y un largo etcétera. Además, ha realizado giras por Argentina, Chile, Uruguay y Colombia.

No es la primera vez que la Hongaresa pone en escena una comedia. En “Il.lusionistes”, “Conozca usted el mundo”, o “El alma se serena”, ya mezclaban el humor con otros temas com la magia, el sainete, la música o la políEca. Si a “El alma se serena” se trataba la situación política valenciana, en “La Cantante Calba en el McDonald ́s”, (revisitación (revisitación de la fomosa obra de Eugene Ionesco) hablamos de un contexto más global.

Con esta comedia loca, lúcida y vibrante, Cunillé habla de la situación actual, una época cada vez más ionesquizada e imagina como podrían ser los personajes de Ionesco ahora mismo, situándolos en un McDonald's de Londres. La autora de entrada parece rebajar el nivel de absurdo de la obra de Ionesco: el contexto es más identificable, la situación más realista, los personajes están más individualizados dentro de una historia con una estructura tradicional (principio, nudo, desenlace).