Apenas lleva un mes en el cargo, justo desde el 20 de enero, y ya ha conseguido poner el mundo patas arriba. Además, Donald Trump ya ha ganado tanto enemigos como detractores dentro y fuera de sus fronteras, incluso deparando diagnósticos psiquiátricos que le colocan como un desequilibrado mental. Un presunto perturbado que está al frente de la Casa Blanca, lleva las riendas del país más importante del mundo y que tiene al alcance de sus manos el botón rojo, el de la guerra nuclear.
Este fin de semana ha vuelto a hacer el ridículo, criticando sin parar de nuevo a la prensa por inventarse o exagerar noticias que van en su contra, pero al mismo tiempo difundió una falsa noticia sobre un supuesto atentado en Suecia que nunca ocurrió. Trump, en un acto informal con las masas que, increíblemente le apoyan, quiso al fin darse un baño entre sus fans, pero los resultados fueron desastrosos. Trump habló a sus fieles sobre "lo que ocurrió anoche en Suecia, increíble, ¡en Suecia!", decía caso asombrado, para alertar a los suyos sobre el peligro terrible de acoger refugiados musulmanes. De esos que luego le ponen bombas hasta a Suecia...
Horas después no se disculpó tras conocer el ridículo cometido, sino que se excusó asegurando que él se refería a una noticia sobre un reportaje de televisión que vio el viernes en 'Fox' sobre un asunto de esa temática, pero nada sobre un atentado. Un presidente que denuncia las falsas noticias, las 'fake news', que se dice en inglés, como el origen de todos los males, como los peores dictadores y líders populistas de la Historia hicieron para poner a las masas en contra de la verdad. Los periodistas y los medios como enemigos el Estado difundiendo alertas y noticias que no se corresponden a la realidad. Como ese atentado, sí, insistimos, en Suecia, que nunca ocurrió pero que él anunció en pleno mitin. El ex primer ministro sueco Carl Bildt no tuvo problemas en decir en Twitter: "¿Ataque terrorista? ¿Qué ha estado fumando?".
No debe preocuparse sólo Trump de la prensa. Tiene también en contra, al parecer, a los psiquiatras de su país, ya que algunos expertos le han diagnosticado varias afecciones mentales. No son 4 psiquiatras pagados para ello. No. Fueron 35 expertos psiquiatras que enviaron una carta al prestigioso 'New York Times', ahora atacado por Trump. Hablaron de grave inestabilidad emocional, incapacidad para sentir empatía (como los psicópatas). "Los individuos con estos rasgos distorsionan la realidad para adaptarla a su estado psicológico, atacando a los hechos y a quienes los transmiten (periodistas, científicos)", dijeron en esa misiva.
No hace falta remitirse a Hitler y otros terribles dictadores del pasado para ver a líderes políticos que arremeten contra la prensa para controlar un país y su opinión pública. Recientemente lo hemos visto en Venezuela, Argentina, Ecuador y otros tantos países que el mismo Trump considera víctimas de regímenes populistas.
Su firma
Según las expertas psicólogas Paloma López y Rocío Gavilán, del gabinete 'Psicología Velázquez', la firma de Trump mantiene "unos rasgos muy rígidos con gran angulosidad, una presión muy fuerte, indicativos de un carácter y una personalidad iracunda e irascible, siendo de difícil acceso por su distanciamiento, además de tender a ser explosivo emocionalmente". Además, concluían que "está en constante búsqueda de satisfacer su orgullo, esto se comprueba en la expresión altiva de su nombre y apellido". Su gran conclusión es que no controla sus accesos de agresividad.
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