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David Mora muletea al toro al que cortó una oreja
David Mora muletea al toro al que cortó una oreja

San Isidro: oreja de escaso fuste a David Mora en otro festejo de bicornes descastados

jueves 18 de mayo de 2017, 22:04h

El pésimo balance estadístico en cuanto a trofeos de lo que es hasta este jueves, en una feria vulgarísima, con una sóla oreja en seis festejos a pie, mejoró algo con la que cortó, sin demasiado fuste, David Mora en su segundo burel. Ni el trofeo tuvo peso ni la estadística de dos trofeos en siete corridas ante 42 toros es presentable. Con otro encierro descastado de Parladé y Montecillo, nada destacable aconteció y poco pudieron hacer Curro Díaz y Fandiño.

Quizás pensando en apuntarse a la mejora estadística o por la mala conciencia de que el usía fue el que le dio los tres avisos a David Mora hace cinco días, de forma reglamentaria tras fallar repetidas veces con el verduguillo, el caso es que este jueves Don Jesús María Gómez Martín desenfundó el moquero casi sorpresivamente y en el tiempo añadido porque ni la faena del coletudo era de premio ni la petición tampoco.

No por ello se le restan méritos a un Mora inspirado en el inicio con unos doblones por bajo y un molinete y un par de series de bellos redondos. Pero la escasísima casta del animal se acabó pronto y además su matador se empeñó en torearle al natural, por donde su enemigo no pasaba y sólo le dibujó un par de naturales. En lugar de volver a la diestra, Mora cortó, caminó a por la tizona y le recetó una estocada espectacular, aunque desprendida. Hubo floreo de moqueros en mucho menos de la mitad de los parroquianos y Don Jesús se animó y desenfundó también el suyo.

Y de verdad, de verdad de la buena que David había estado mejor con el tercero, otro sin casta, al que aplicó un arriesgado quite por gaoneras y con la flámula, relajado y artista se lució esta vez más por la izquierda tirando del bicho y obligándole a meter la cabeza. Y aunque por el viento la faena adoleció de discontinuidad, su labor rematada con un espadazo volcándose aunque perpendicular, gustó mucho y se le tributó una cerradísima ovación.

Lo mejor de Curro Díaz, una vez más como en su anterior paseíllo, fue su recibo con el percal al primero, con unas templadísimas y hermosas verónicas marca de la casa. Pero la mansedumbre y nula codicia del bicho le impidieron otra cosa que detalles con la flámula. Como con el cuarto, de El Montecillo, pero de similar comportamiento que el de Parladé inicial.

Otro de Montecillo, sobrero al correrse turno por la devolución por inválido del anunciado en segundo lugar, le correspondió a un Iván Fandiño, un tanto espeso aunque nada le ayudó la nula fijeza y colaboración del bicho. El otro era una ‘prenda’ que disparaba sus astas siempre al cuerpo y casi nunca a los engaños. La cuadrilla pasó las de Caín para banderillearle y su jefe para descabellarle después de inhibirse o de intentar sacar agua artística de aquel pozo peligrosísimo, al que habría que aplicarle una lidia sobre los pies y machetearle.

Es más que justo y necesario y no podíamos dejar de reseñar que lo más artístico de la tarde se lo apuntó una vez más ese sensacional subalterno de la cuadrilla de Mora que es Ángel Otero, con dos sensacionales pares de rehiletes al sexto tan perfectos y emocionantes, que pusieron a la gente en pie en la más atronadora y pasional ovación de muchas tardes.

Ficha

Toros de PARLADÉ y 4º y 5º (sobrero) de EL MONTECILLO, justos de presencia excepto 1º, mansos y descastados aunque nobles excepto el peligroso 5º. CURRO DÍAZ: silencio; silencio. IVÁN FANDIÑO: silencio; división de opiniones. DAVID MORA: ovación; oreja. Plaza de Las Ventas, 18 de mayo. Octava de Feria. Tres cuartos de entrada.

CRÓNICA DEL FESTEJO ANTERIOR

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