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'Sense8': una carta de despedida

'Sense8': una carta de despedida

martes 06 de junio de 2017, 09:30h

El pasado jueves, la plataforma Netflix ponía punto y final a una de las series más queridas por el público y alabadas por la crítica. 'Sense8', buque insignia de la plataforma, terminaba el mes de mayo con dos temporadas y 23 episodios a sus espaldas.

¿Por qué la cancelación? Como siempre, cuestión de dinero. 'Sense8' era una serie muy, muy cara de rodar. La mayor parte de series cuentan la historia de un grupo de personajes en una misma localización, algo que no ocurría aquí, donde los 8 personajes principales estaban distribuidos por todo el globo. Así, las hermanas Wachowski (principales responsables de la ficción) se fueron a rodar alrededor del mundo: Alemania, Estados Unidos, India, México, Brasil, Kenia y Corea del Sur son solo algunos de los países visitados durante el rodaje.

Pero, ¿qué tenía 'Sense8' para atraer a tantos fans y haber logrado tanto cariño por parte del público en tan poco tiempo? Por un lado, tenemos su diferente premisa: 8 extraños de alrededor del mundo se encuentran, de repente, conectados. Cada uno de ellos siente y padece lo de los otros 7. Crean un vínculo, se apoyan y, aún sin haberse conocido nunca en persona, forman una familia.


Los ocho personajes principales, juntos en pantalla como símbolo de su vínculo mental

'Sense8' partía de una propuesta distinta y arriesgadísima que pudo haber salido fatal, pero la idea de crear algo distinto, el buen hacer de las hermanas Wachowski detrás de las cámaras y las muy correctas interpretaciones de sus actores principales (nunca imaginamos que podríamos querer tanto a Miguel Ángel Silvestre) lograron crear un producto único.

Otra de las claves de 'Sense8' ha sido sus personajes: si bien no todos los 8 son igual de interesantes (Capheus, todo el mundo te está mirando), un buen puñado de ellos son geniales. ¿Una coreana experta en artes marciales que planea una vendetta contra su hermano? Póngame 3 tazas. Y no solo hay personajes maravillosos entre los 8 protagonistas. Hay miembros fuera de la célula a los que se les coge inmenso cariño, especialmente a Amanita (Freema Ageyman) o Hernando (Alfonso Herrera).

Un tercer ingrediente que nos cautivó a muchos espectadores fue la diversidad, y este es el punto más importante en el que me quiero centrar. Es lo que hizo que 'Sense8' marcase una diferencia. Pocas series han representado de manera más natural la realidad de personas LGTB y a la vez han sabido impregnar de optimismo su lucha. En Sense8 nos encontramos con Nomi (Jamie Clayton), una transexual en una de las relaciones más hermosas que he tenido el lujo de ver en televisión. Nomi y Amanita representan uno de los mejores ejemplos de amor y apoyo incondicional de las series recientes. Por otro lado, tenemos a Lito (Miguel Angel Silvestre) y su novio, que tres cuartos de lo mismo. ¿Y qué es lo mejor de todo? A nadie le importa. Todos los miembros de la célula saben ver que el amor es el amor y que el género va mucho más allá de los genitales y, con que hayan sido capaces de trasladar esta idea a un puñado de espectadores, 'Sense8' habrá logrado algo fantástico.

Hay quienes seguimos con la esperanza de que se cierren tramas en un episodio especial. Los emails siguen llegando a Netflix y las campañas en Twitter juntan a más seguidores que nunca. Pocas veces se han visto seguidores de una serie tan decepcionados con una cancelación pues, para muchos de nosotros, Sense8 era algo más que una serie.

En caso de que 'Sense8' regrese (recordemos que 'Twin Peak's ha logrado el milagro de resucitar 25 años después de su cancelación), sea del modo que sea y sea cuando sea, quiero decirle que estaremos esperándola con los brazos abiertos. En caso de que nunca vuelva, quiero decirle que hasta siempre y que muchísimas gracias por todo.

Xabier Rodríguez Fraile

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