Rivera se abre a pactar medidas puntuales con el PSOE pero sin hacer "batiburrillos" de Gobierno

La mesa de coordinación que propuso Pedro Sánchez para hablar con Ciudadanos y Podemos no ha sido acogida con mucho entusiasmo en estos dos partidos. Primero porque ambos rechazan que sea posible un entendimiento entre ellos para formar un Gobierno alternativo al del PP. Y segundo porque ya se habían mostrado dispuestos a llegar a acuerdos puntuales en el Congreso sin necesidad de darle un empaque formal a las conversaciones.

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha asegurado este martes en 'RNE' que está dispuesto a "hablar con quien haga falta" para aprobar reformas y medidas de regeneración. Incluyendo a Podemos, siempre que no sea para hablar de una nueva moción de censura.

El líder de la formación naranja ha confirmado que aún no se ha podido reunir con Sánchez pero que estará "encantado" de hablar con él si es para debatir asuntos políticos. "Pero no para hacer batiburrillos. Ciudadanos está consiguiendo reformas muy importantes y no vamos a intentar lograr en los despachos lo que no conseguimos en las urnas", ha añadido.

El partido naranja no se fía de la nueva versión de Sánchez y de sus declaraciones públicas. Durante una reunión posterior del grupo parlamentario Ciudadanos, Rivera ha incrementado el tono crítico hacia Sánchez y ha señalado que la continua referencia del líder del PSOE hacia una alternativa de PSOE, Podemos y Ciudadanos le suena a un "bucle".

De este modo, Rivera ha recordado las negociaciones de principio de 2016 en las que quedó patente la incompatibilidad entre su formación y Podemos para llegar a acuerdos amplios.

Pero además, el presidente de Ciudadanos ha cuestionado la intención final del ofrecimiento de Sánchez, ya que ha dejado caer que quizás el líder socialista esté intentando compensar el hecho de no tener escaño tras su renuncia al acta de diputado por "tácticas internas".

Rivera ha pedido al secretario general del PSOE que demuestre su voluntad reformista dejando de poner pegas en la comisión de investigación sobre el saqueo de las cajas de ahorro, avanzando en la modificación de la ley electoral o apoyando la supresión de aforamientos, por ejemplo.

En este sentido, ha recordado que los populares suelen "arrastrar los pies" cuando se trata de cumplir los puntos de regeneración incluidos en su pacto de investidura. Rivera ha asegurado que su formación sí está cumpliendo lo acordado y que lo seguirá haciendo aunque tenga que buscar mayorías alternativas puntuales para ello.

Esto ya ocurrió, incluso con Sánchez austente, con el impulso de la comisión de investigación sobre la financiación del PP. El partido de Mariano Rajoy había firmado esta condición en el pacto de investidura con Ciudadanos pero, a la hora de registrar la solicitud, los de Rivera tuvieron que aliarse con PSOE y Podemos ante la reticencia de los populares.

Este martes el presidente de Ciudadanos también ha dicho que espera que los socialistas se pongan al lado del PP y de ellos en grandes "asuntos de Estado".

No obstante, en general, Rivera considera que el nuevo PSOE de Sánchez es un partido "podemizado" que se ha alejado del "socialismo moderado" de Felipe González. La formación naranja se ha mostrado especialmente crítica con la propuesta territorial anunciada por el líder socialista y ha rechazado la visión de España como una "nación de naciones".

Pero Rivera también ha apuntado que el PSOE sigue siendo un partido dividido y ha considerado que todavía es posible que la parte "constitucionalista" de Susana Díaz y algunos barones se imponga.

Ciudadanos, al igual que Podemos, se mantiene a la espera de que Sánchez concrete su oferta y demuestre si sus actos coinciden con lo que ha dicho en la campaña interna. Mientras tanto, la formación de Rivera ya ha empezado a desplegar un discurso crítico para beneficiarse del posible desencanto de los votantes socialistas que se sitúan más al centro.