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La terna comprueba el mal estado del ruedo antes de decidir la suspensión del festejo del lunes.
La terna comprueba el mal estado del ruedo antes de decidir la suspensión del festejo del lunes. (Foto: plaza1)

San Isidro: el mal estado del ruedo obliga a suspender la 21ª corrida de la Feria

El domingo Pinar, Venegas y Del Pilar se estrellan con un pésímo encierro de Dolores Aguirre

lunes 28 de mayo de 2018, 20:58h

El mal estado del ruedo venteño, por las lluvias caídas durante la madrugada y la mañana, hizo que los tres matadores anunciados este lunes en la 21ª de Feria, Javier Castaño, Sánchez Vara y Thomas Duffau -que iban a matar una corrida de Partido de Resina- y el presidente decidieran la suspensión del festejo. Una decisión que no gustó a los pocos aficionados que aguardaban en los graderíos, a los que se informó por megafonía. De modo que lo que sigue es la crónica del domingo.

La teórica oportunidad de tres coletudos modestos, en cuanto a actuaciones, que aspiraban a un triunfo en Madrid para lanzar sus carreras no fue tal. Ni Rubén Pinar ni José Antonio Venegas ni Gómez del Pilar tuvieron la más mínima opción este domingo en la 20" de abono frente a un encierro de Dolores Aguirre manso, descastado y peligroso, y bastante hicieron con salir indemnes.

El mansazo y feo sexto bicho, que como sus dos hermanos anteriores, huía despavorido de los engaños, se echó en la puerta de chiqueros a mitad de (los intentos de) faena de Gómez del Pilar, como síntoma de su descastamiento sumo. El espada le obligó a levantarse a duras penas, y el bicho tras un pinchacito de Gómez volvió a tumbarse, por lo que el presidente autorizó a que le apuntillaran.

Era el colofón a una tarde en la que sólo los dos primeros bicornes mostraron un punto de casta agresiva y fiera, más propia de las lidias de hace un siglo cuando ésta se hacía sobre los pies para preparar al animal para la muerte sin florituras ni redondos ni naturales ni ‘na’. Lo intentó, valentísimo y lidiador Rubén Pinar con el fiero que abrió festejo, al que incluso con técnica y suficiencia le robó un par de series de mucho mérito, con los tendidos en silencio muy fijos en lo qiue pasaba en la arena, sabiendo que el bicho podía alcanzarle en cualquier momento, lo que por fortuna no aconteció. Una labor de torero en sazón no suficientemente valorada por la masa.

El segundo, de catadura similar, añadió peligro por la pésima lidia de la cuadrilla de Venegas, que perdió los papeles de tal manera que, por ejemplo, de los 14 palitroques que intentaron poner en múltiples pasadas –varias en falso- sólo dejaron cuatro sobre sus lomos y como Dios y la fortuna quisieron. El animal aprendió latín y griego y llegó a la flámula midiendo mucho a su matador, que bastante hizo con no perder los papeles como sus subalternos.

La tarde, merced a la condición de los bureles, iba empeorando y parecía que tocaba fondo con el tercero, al que fue a recibir de rodillas en el tercio un valentísimo Gómez del Pilar. Pero el animal fuese y no hubo nada; es decir que no le hizo ni puñetero caso y dejó al madrileño allí corrido. Costó Dios y ayuda llevarlo a los pencos antes de que el marrajo se tragara una serie mandona por abajo y después se revolviera buscando peligrosamente a la salida de cada muletazo el cuerpo del torero, lo que por fortuna tampoco ocurrió.

Claro que nos quedaba aún la segunda parte, cuyo desarrollo fue aún peor, porque la fiesta se puso del revés: los toreros persiguiendo a los bicornes, que huían despavoridos de engaños y hasta de hombres con un descastamiento supino. De modo que el albaceteño Pinar volvió a estar suficiente pero ya no pudo robar ni un pase al bastote cuarto.

Venegas no se dio mucha coba con el quinto, al que David Adalid, con un cargamento de testosterona, banderilleó sublime jugándose la vida ante el marrajo, con el público en pie batiendo una estruendosa ovación, la única del festejo, en lo que pueden ser los pares de la Feria. Y del sexto, que si respondió a Del Pilar, de nuevo clavado de hinojos en el tercio para recibirle, como un falso anticipo de lo que vendría después ya de huida en huida. Y ya está escrito como cerró la tarde en una triste imagen del petardo suyo y de sus hermanos.

FICHA

Toros de DOLORES AGUIRRE: con volumen pero bastos y sin trapío; 1º y 2º codiciosos con genio y peligro; resto mansos y descastados con 3º también peligroso. RUBÉN PINAR: ovación; silencio. JOSÉ ANTONIO VENEGAS: ovación; palmas. GÓMEZ DEL PILAR: ovación; silencio. Plaza de Las Ventas, 27 de mayo. 20ª de Feria. Dos tercios de entrada. Se guardó un minuto de silencio en memoria del matador Marcos de Celís fallecido este domingo.

Crónica del festejo anterior

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