Putin, Chirac, Berlusconi, Angela Merkel, Juan Pablo II, George W. Bush, Tony Blair, Mohamed VI, Koffi Annan, Lula o
Chavez fueron algunos de los protagonistas de las numerosas reuniones a las que
Valenzuela acudió junto a ZP durante los dos primeros años que el Presidente ejercía su mandato.
Según Valenzuela, Zapatero ha dado
“un giro espectacular de la política exterior de España”, con actuaciones en Europa, los países que bañan el Mediterráneo y América Latina, bajo
“una visión progresista y cosmopolita” del mundo y de España en el mundo.
Aunque “
una derecha asilvestrada se ha arrojado al cuello de Zapatero” y algunos sectores le han presentado como el
“opositor” de Bush, el periodista y escritor dice que es una
“exageración”.
Algunos de los momentos que Valenzuela destaca en
'Viajando con ZP' como más significativos fueron la visita a la ‘zona cero’ junto al Presidente; el día en que 11 millones de españoles dijeron ‘sí’ a la Constitución europea; el discurso feminista de ZP frente a líderes árabes en Túnez o el funeral de
Juan pablo II en el Vaticano.
En el capítulo
“New York, New York” aparece un Zapatero ameno que charla con
Clinton sobre África y un impresionado
Rupert Murdoch después de la entrevista con el recién nombrado Presidente del gobierno español:
El 20 de septiembre de 2004, a petición del magnate conservador estadounidense de comunicación, Murdoch y Zapatero se reunieron para hablar de política exterior. Según refleja Valenzuela en el libro, además de la guerra en Irak y la seguridad en Israel, ZP aprovechó la ocasión para replicar al estadounidense:
«No soy y nunca he sido comunista, aunque aquí, en Estados Unidos, hay gente que no distingue entre socialistas y comunistas», dijo el español arrancando la primera sonrisa del pétreo rostro del magnate. «Soy socialista, y eso quiere decir que quiero ampliar los derechos civiles y sociales de la gente. Quiero que la gente tenga más libertades individuales y colectivas y quiero que tenga una mayor protección social. Creo en una buena enseñanza pública, en una buena sanidad pública, en que se ayude a los desempleados a volver al mercado laboral con mejor preparación y en que se paguen unas pensiones dignas a los jubilados y los discapacitados. Pero no se asuste. No pienso subir los impuestos. Al contrario, voy a bajarlos todo lo que pueda y aún así mantener el equilibrio presupuestario. Mi ministro de Economía, del que quizá usted haya oído hablar, Pedro Solbes, me asegura que hasta vamos a conseguir superávit fiscal. Se preguntará, entonces, de dónde pienso sacar el dinero. Pues se lo diré claramente: haciendo que el crecimiento económico de España se mantenga e incluso se amplifique, y para eso lo mejor son las empresas privadas, su dinamismo, su capacidad de adaptación, su profesionalidad. Soy un firme partidario de la empresa privada: si a ellas les va bien, se genera empleo, el Gobierno recauda más impuestos y hay más dinero para el Estado del bienestar. Ya ve: no soy comunista».
Escolté a Murdoch en el ascensor de regreso al lobby del hotel.
El magnate parecía sumido en hondas reflexiones, pero al llegar abajo le pregunté directamente:
-¿Qué le ha parecido el presidente del Gobierno español?
Murdoch me miró, cabeceó levemente y contestó:
-Me ha impresionado. Es un hombre sincero. Cree en lo que dice.
Le agradecí la visita y le dejé a la puerta de su limusina.
Javier Valenzuela es escritor y periodista desde hace 30 años. Nació en Granada en 1954. Director General de Información Internacional en La Moncloa los dos primeros años de la Presidencia de Zapatero, a quien acompañó en docenas de encuentros con líderes extranjeros como portavoz para asuntos internacionales. Ha trabajado como corresponsal permanente para el diario 'El País' y director adjunto del mismo en Madrid. En la actualidad trabaja en la sección de Opinión. Ha escrito varios libros sobre el mundo árabe y musulmán.
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