El Teatro de la Zarzuela mete al 'rey que rabió' en un circo

De esta manera, el coliseo nacional del género lírico por antonomasia  mantiene su línea innovadora con esta reposición de "El rey que rabió", una obra firmada por Ruperto Chapí que, bajo la dirección de Luis Olmos, llega desde este viernes al escenario madrileño con una puesta en escena ambientada en el circo en el que participan cantantes, actores, acróbatas y bailarines.

"Nos hemos puesto a soñar y la obra ha ganado en seducción y vistosidad", aseguró Luis Olmos, director de la obra y del Teatro de la Zarzuela, durante la presentación de una pieza que cuenta con dirección musical de Miquel Ortega y José Miguel Pérez-Sierra.

La pieza "El rey que rabió", que permanecerá en la Zarzuela hasta el 27 de mayo y que fue estrenada el 21 de abril de 1891 en este mismo escenario, es un "divertimento" ambientado en un país imaginario y atemporal cuyo rey, recién llegado al poder, siente la necesidad de averiguar si su pueblo es feliz, por lo que se disfraza de campesino y lo recorre de incógnito, indicó Olmos.

"Musicalmente es una maravilla, con influencias de Wagner y Offenbach", afirmó Ortega, quien también destacó las exigencias vocales de los personajes protagonistas, y que, junto a José Miguel Pérez-Sierra, ha adaptado "algunos pasajes para mantener un equilibro musical al oyente".

Olmos mantiene con esta obra su intención de acercar a los más jóvenes este género típicamente español, de ahí su apuesta por una montaje llamativo: "Es necesario que la música entre por los ojos para que enganche a mayores y pequeños, y haga germinar la semilla que mantendrá en un futuro este género", explicó.

En este sentido, destacó el escenario escogido para 'El rey que rabió', que recuerda a una pista de circo, y que se transforma en los diferentes ambientes en los que se desarrolla la trama que protagonizan los tenores Julio Morales y Jorge de León, o las sopranos Susana Cordón y Eliana Bayón, entre otros.

El montaje de 'El rey que rabió' ha necesitado mucho tiempo y esfuerzo, según explicó Olmos, que en esta ocasión repite en la coreografía con Michelle Man y ha encargado el vestuario al diseñador peruano Pepe Corzo.

Crítica a los privilegios de la monarquía

Con títulos llevados a la escena como 'El verdugo', 'Las bicicletas son para el verano' o 'La celosa de sí misma', para la Compañía Nacional de Teatro Clásico; Olmos se ha encargado de 'peinar' este texto, firmado originalmente por Miguel Ramos Carrión y Vital Aza, eliminando reiteraciones para perfilar un texto "fluido y ligero".

Según el director de escena, el proceso de preparación de este montaje ha sido "exhaustivo a la vez que relajado", dos cualidades que espera "transmitir" al espectador, quien también podrá apreciar una lectura "crítica" sobre los privilegios jerárquicos de la monarquía.

Por otro lado, los directores musicales Ortega y Pérez-Sierra definieron a Ruperto Chapí como "uno de los grandes puntales de la zarzuela española, que guarda grandes similitudes con la opereta francesa", y, del trabajo de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, formación que ejecuta la parte musical, destacaron su "calidad ascendente". Unos piropos que también alcanzaron al Coro.