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San Isidro. 8ª de Feria. Gran expectación y primer 'no hay billetes'

Puerta Grande para Sebastián Castella...un poco pequeña y olé

Puerta Grande para Sebastián Castella...un poco pequeña y olé

<< El valor heroico de Bolívar cambia una cornada por una oreja de peso

jueves 14 de mayo de 2009, 16:36h
Una y una son dos. Las orejas que sumó Sebastián Castella, seguro y valeroso, y que le abrieron la Puerta Grande, aunque hay que ponerle algunos reparos. Su entrega contrastó con la apatía y falta de nervio de Talavante, mientras que el 'artista' Morante se limitó a algún dibujo suelto frente al peor lote.

Toros de GARCIGRANDE, bien presentados, excepto 2º. Nobles y manejables, excepto 1º y 4º, descastados. MORANTE DE LA PUEBLA: silencio; silencio. SEBASTIÁN CASTELLA: oreja tras aviso; oreja tras aviso.- ALEJANDRO TALAVANTE: silencio tras aviso; algunos pitos. Plaza de Las Ventas, 14 de mayo. 8ª de feria. Lleno de 'no hay billetes. Incidencias: El banderillero Rafael Cuesta resultó herido por el cuarto toro en el muslo derecho con una trayectoria de 25 cm. Pronóstico grave.
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La prueba del algodón en la memoria no falla. Cuando al salir de la plaza no vas especialmente emocionado, ni toreando; cuando al llegar a casa, se te ha olvidado la mitad de la mitad de lo desarrollado por el torero que ha abierto la soñada Puerta Grande de Las Ventas, malo. No es que sea un triunfo menor, quia, ese de orejita y orejita, cual el de Sebastián Castella, pero... No es que no valga para las estadísticas, pero...

Pues eso, que sin negarle la seguridad que derrochó en sus dos enemigos, que a falta de otras virtudes aportaron movilidad; sin negarle el valor para ora aguantar con los pies clavados sus embestidas desde 30 metros, ora para meterse entre sus pitones sin alardes; sin negarle su toreo de mano baja y mandona por el pitón derecho en los de su lote, así como su sinfonía de ayudados y de pecho; sin negarle su disposición y ganar de volver a la cumbre..., algo faltaba.

Los 'peros' se pueden sustanciar en que en ninguno de los dos bicornes -el segundo sin trapío- se acopló con la mano esencial del toreo, pongamos que hablo/escribo de la izquierda, siendo incluso desarmado en el quinto.Y también en que a este último suyo lo despenó de un feo espadazo desprendido tirando a bajo. En cualquier caso, a la mediocridad de la Fiesta actual le viene bien la recuperación del francés.

Ocho toros fracasando

Que, además, en comparación con un frío, apático y desangelado Alejandro Talavante, que desaprovechó un lote tan manejable como el de Castella, éste es el sumo sacerdote de la tauromaquia. El extremeño,sin fibra ni profesionalidad,está en horas bajas y añade este fracaso al del Domingo de Resurrección, también en la catedral venteña, cuando actuó -es un eufemismo- en solitario. O sea que lleva 8 toros desaprovechados, 8.

Este primer y casi único cartel redondo del serial -para el que las tres figuras se trajeron una corridita de su gusto y que les molestara poco- lo abría el artista Morante de la Puebla, cuyo reino táurico no es de este mundo. Él, que 'pasa' de estadísticas y orejas, porque va en otra línea, se enfrentó al lote más deslucido y manso,que coincidió también en su catadura de birocnes distraídos y sin fijeza alguna.

Lo intentó o hizo como que tal y se conformó con algunos bellos arreboles que sin ser esencia -pero tampoco colonia a granel- nos dejaron un tibio perfume ligeramente embriagador.Otra vez será. O no, que con los genios nunca se sabe. En cuanto a los subalternos, la cara se la llevó Curro Molina, excelente con los rehiletes y obligado a desmonterarse, y la cruz Rafael Cuesta, herido de gravedad.   

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