Algunas horas y dos escalas después, el recién estrenado matrimonio disfruta, tras su multitudinaria boda, de una tranquila luna de miel. El destino elegido por
Victoria y
Daniel: la Polinesia francesa.
Según publican varios medios suecos, los príncipes aterrizaron en una de las islas donde les esperaba un impresionante yate en el cual disfrutarán de sus días de luna de miel.
La pareja, acompañada en todo momento por tres guardaespaldas del servicio de seguridad sueco, abandonó su fiesta de boda a altas horas de la mañana del pasado domingo y se trasladaron a bordo de un jet privado de un amigo de la familia -el empresario sueco
Bertil Hult- hasta Tahití, parando previamente en Islandia y Canadá.
El periódico sueco Expressen publica: "Cuando aterrizaron, un lujoso yate les estaba esperando. Al parecer iba a llevarles a un destino no especificado".
El viaje de novios se había planeado desde hacía meses y la Casa Real sueca ha hecho todo lo posible por mantenerlo en secreto hasta el último momento. De hecho, sólo ha llegado a confirmarse que los novios se encuentran de viaje, sin especificar dónde, con la razón de preservar su intimidad.
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