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'Las plantas', de Pablo Messiez, con Estefanía de los Santos desbrozando emoción tras emoción

'Las plantas', de Pablo Messiez, con Estefanía de los Santos desbrozando emoción tras emoción

lunes 30 de marzo de 2015, 20:25h

Una mujer desnuda está durmiendo sobre un colchón tirado en el suelo, apenas tapada por una ligera sábana. A su alrededor persisten aún restos de un seguro naufragio de la noche anterior: botellas de alcohol vacías y tiradas también por el suelo, un cenicero lleno de colillas y un preservativo. El público se va acomodando en sus  butacas hasta que, hecho el silencio, suena una canción algo triste  que, poco a poco, parece que ayuda a despertar a Lucía, la mujer  tumbada sobre el colchón. La luz parece que reclama que abandone  la horizontalidad y, con esfuerzo, se levanta, se pone la ropa interior  después de olerla y comprobar que puede volver a usarla -quizás hasta que vaya a darse una ducha, que ahora no toma-. Va al cuarto de baño y vuelve vestida y baila obsesivamente al ritmo de otra canción algo más movida... De aquí en adelante, las subidas y  bajadas de humor de Lucía son constantes y van desde la esperanza hasta la depresión...

Así comienza 'Las plantas', un monólogo escrito y dirigido por el argentino Pablo Messiez, y protagonizado por una actriz de la que el  porteño se enamoró nada más verla y para quien escribió este monólogo que Estefanía borda.  

Hablar, hablar, hablar...

Seis plantas rodean ese desorden en el que habita Lucía (una planta muy frondosa y otra casi seca) y esta acaba lanzando contra el suelo  una séptima, un cactus, posiblemente el regalo del amante que ha pasado la noche con ella. A partir de ahí, las plantas cobrarán el protagonismo con la mujer, que no para de hablar con ellas: "Pero... ¡¿será posible?! ¡¿Te has bebido ya toda el agua, borracha?! ¿Te parece normal que te ponga medio litro en el plato antes de irme al teatro y que cuando vuelva tengas la tierra seca? Tú sigue así, que pronto no vas a caber ni en la maceta".

La soledad, la depresión, la tristeza, la necesidad de no parar nunca de hablar, de agarrarse  a un clavo ardiendo, y las constantes subidas  y bajadas de ánimo, de una felicidad anhelada y nunca plenamente  alcanzada, y la bajada al abismo de la depresión, la sonrisa vitalista  y el llanto imparable se suceden durante los 70 minutos de duración del montaje  de Messiez.

Muy pronto Lucía abandona el diálogo con sus plantas que parecen pasar olímpica o vegetalmente de ella, y entonces encara un diálogo  con el público, con cualquier ser humano que Lucía tenga enfrente. Porque, lo que queda claro desde el principio en ese diálogo que Lucía  (en realidad, Messiez) comienza como una metralleta que no deja de disparar palabras, ideas, pensamientos, emociones, es que, aunque las plantas sean seres vivos, su proceso de fotosíntesis no es lo más importante. Lo que de verdad importa es la búsqueda del diálogo, que, bien entendido, empieza por decirse las verdades a uno mismo.

Por eso  la protagonista  de  'Las plantas' cuenta a quienes tiene enfrente cuáles son sus  fórmulas preferidas para salir de su soledad, de su   ensimismamiento: pasear al lado del río, tomar helados de fresa,  solomillos poco hechos, casi  sangrando, tener los amantes a pares  (no quiere que crean que va a enamorarse de ellos), las huellas  imborrables de su esperma extendidas por el colchón y aledaños... Y, sobre todo, Nina Simone extrayendo del piano las notas más  salvajes, de  su breathiness, 'I wish I knew how it would feel to be free' (Ojalá supiera como sentirme libre).

El Festival Fringe 2012 de Madrid la vio nacer; ya creciditas, 'Las plantas' dieron el salto a la Sociedad Cervantina y a la Sala Mirador, para acabar desembocando en el Off del Teatro Lara desde mediados de marzo pasado. El nombre del  autor y director de esta obra se ha hecho ya un hueco en el teatro madrileño, sobre todo después de su paso por la Sala de la Princesa del María Guerrero en su montaje de 'La piedra oscura', de Alberto Conejero  (http://www.diariocritico.com/ocio/teatro/critica-de-teatro/la-piedra-oscura/471579), pero esta pieza que nos ocupa ahora, aparentemente tan sencilla, encierra un sinfín de matices que Estefanía de los Santos ha sabido exprimir y manejar con la sabiduría  de quien lleva dentro una actriz espléndida, y con una voz grave y agitanada que dota de una emoción desbordante todo lo que dice.

Una pieza corta, pero intensa, como la vida misma que se desparrama por la habitación desordenada y revuelta de una  perdedora solitaria, que se agarra al menor atisbo de vida -el primero, sus plantas- para salir de ese pozo sin fondo que es la depresión. Y con un gesto y una voz, la de Estefanía de los Santos, que uno no olvidará nunca.

'Las plantas', de Pablo Messiez

Interpretada por Estefanía de los Santos

Todos los jueves a las 20:15 h en el TEATRO LARA.

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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