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Orejas para un artista Sergio Felipe y un entregado Alberto Pozo

Bernadina de Sergio Felipe a su primer novillo
Bernadina de Sergio Felipe a su primer novillo

Feria de Albacete: la cantera de la tierra sigue 'pariendo' coletudos de gran interés

martes 17 de septiembre de 2013, 09:26h
Novillos de los tres hierros de los Lozano: EL CORTIJILLO (2º, 5º y 6º),  ALCURRUCÉN (3º y 4º) y HERMANOS LOZANO (1º), con trapío, mansotes aunque nobles y manejables. ALBERTO POZO: silencio tras aviso; oreja. SERGIO FELIPE: oreja; ovación tras aviso. MARTÍN ESCUDERO: palmas; ovación tras leve petición. Plaza de Albacete, 16 de septiembre. Novena de Feria. Dos tercios de entrada.    
'Aquí hay toreros'. Cual reza uno de los (todos) magníficos pasodobles del (no menos y también) magnífico compositor e inigualable director Manuel García Sánchez, ya jubilado, y más de dos décadas al frente de la Banda de Pozohondo, que tanto loor y fama dio a la tierra hasta más allá de sus fronteras. Aquí, en Albacete, hay toreros. Sergio Felipe -el más interesante por ahora- y Alberto Pozo, destacados este lunes, sí; mas también Ángel Olmo y el calasparreño Filiberto, que lo hicieron una semana antes. Y otro Sergio, Serrano, ya doctorado, segador sin cosecha pese a sus siempre triunfales y torerísimas tardes cuando (tan poco, tan casi nada, ¡ay!- le anuncian

Uno de ellos, Felipe, ya dio un aldabonazo en la cátedra y catedral de esta pasional y flamígera liturgia que es el toreo, Las Ventas, ganándose un hueco en la próxima Feria de Otoño. Lo festoneó con sus armas: reposo, lentitud, ligazón, templanza, clasicismo y arte. Así obró este lunes con percal -extraordinarias verónicas, medias, tafalleras y largas- y pañosa -redondos, naturales, escultóricos pases de pecho, sinfonía de adornos y arriesgadísimas bernadinas con los pitones rozándole taleguilla y partes sensibles- en el segundo. Y camino de ello iba en el quinto, pero el animalote se rajó pronto. Dio igual, en el ambiento quedó un olor a sacrosanta torería y olé, que ojalá estalle de nuevo en Madrid. 

Arrebato frente a seca pureza

Otros son los senderos sobre los que camina Alberto Pozo, que llegaba de triunfar en Francia: arrebato, bullicio, entrega, comunicación con los tendidos y similares. Por no ser él, por intentar el toreo 'der güeno', se le fue el boyante burel que abrió festejo, al que ni banderilleó. Y Pozo cambió de táctica con el cuarto, de similar catadura, al que clavó tres meritorios pares en la cara, con más verdad que los que haya colocado El Fandi en toda la temporada. Después siguió alborotado y le pegó -con perdón del término- pases de todas las marcas para llevarse una oreja de menor fuste que la de su paisano.

Este Pozo sabe vender el producto, la antítesis del seco e introvertido Martín Escudero, quien apostó por intentar la ortodoxia y la pureza durante toda la función, gustando en particular a los pocos aficionados de entre los parroquianos, dejando casi indiferente al público en general. Este madrileño oriundo de Galapagar y familia de José Tomás, Adolfo y Victorino Martín, también tiene pose, poso y alma taurina a raudales, pero alguien debe aconsejarle la forma de transmitir, sin necesidad, claro, de traicionarse ni prostituir su estilo.
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