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Toreo de kilates del albaceteño, que cortó una oreja

Sergio Serrano muletea al toro del triunfo
Sergio Serrano muletea al toro del triunfo

Feria de Albacete: descastados 'samueles', susto para Rubén Pinar y triunfo de Sergio Serrano

jueves 12 de septiembre de 2013, 08:54h
Toros de SAMUEL FLORES, bien presentados en general, aunque desiguales; todos cornalones y astifinos; mansos y descastados, con 1º, 2º y 6º peligrosos. JAVIER CASTAÑO: silencio; ovación. RUBÉN PINAR: vuelta al ruedo; silencio. SERGIO SERRANO: oreja; silencio. Plaza de toros de Albacete, 11 de septiembre. 4ª de feria. Tres cuartos de entrada.
La teórica corrida torista del abono, dentro del único ciclo en plazas de segunda con una excelente presentación de todos los bureles -superior incluso al de algunas de primera- resultó un fiasco en tal aspecto. Porque los bicornes del ganadero local Samuel Flores sólo pueden incluirse en tal categoría por su trapío y enormes arboladuras, en las que podría colgar la ropa un regimiento, pero no por su fondo o casta. Todo lo contrario: ayunos de bravura y de las cualidades de un toro de lidia, los 'samueles' impidieron un triunfo estadístico redondo de la terna. Y dieron un tremebundo susto a Rubén Pinar, y, claro, a los espectadores que presenciaron el percance.

El coletudo albaceteño, que se había ganado la sustitución de Manuel Escribano, se jugó la vida literalmente con el peligrosísimo segundo, un huracán de derrotes al bulto, en uno de los cuales le alcanzó y se lo colgó de la chaquetilla por el pecho zarandeándole durante interminables instantes en lo que pareció un percance gravísimo. Sin embargo el navajazo le entró por el chaleco -que quedó destrozado- y no llegó a calarle en tan vital zona, los creyentes dicen que por milagrosa intervención de la Virgen de los Llanos, patrona de la tierra

Pinar, con un derroche de agallas, se recuperó de los golpetazos y siguió valentísimo, incluso robándole algunos pases por la derecha, antes de cazarle a la segunda. Frente al quinto, un mulo con cuernos, no tuvo opción más que de matarlo. Como sucedió con el lote de Javier Castaño, que anduvo por encima de ambos superando el peligro sordo también del que abrió función y estrellándose ante el otro 'samulo', como calificaron algunos espectadores a los bichos del ganadero. Eso sí, la cuadrilla de oro del salmantino, Marco Galán -con percal- y David Adalid y Fernando Sánchez -con los rehiletes- volvió a brillar cual es habitual.

Segador sin cosecha

También brilló con toreo de altos kilates Sergio Serrano, un torero con enormes cualidades, sí, pero un segador sin cosecha, con méritos para hacer muchos más paseíllos de los que le ofrecen e incomprensiblemente todavía sin confirmar alternativa. El albaceteño, como todos los años, repitió un triunfo en su tierra con la esperanza que le sirva par algo más que para repetir en el bello coso neomudéjar. Y lo hizo frente al único del encierro -maravillosamente lidiado por otro extraordinario subalterno, José Antonio Carretero- que se parecía algo a un toro de lidia, su primer enemigo.

Con una firmeza y oficio increíble, Sergio, relajado y artista, se lució con ortodoxia, temple, ligazón y hasta algún desmayo en su toreo en redondo, con una buena seria al natural, con escultóricos pases de pecho y con espaldinas, ajustadísimas manoletinas y otros adornos finales cuando el bicho se agotó. Pero frente al dechado de mansedumbre último, que pegaba cabezazos y buscaba el menudo cuerpo del espada, ya le fue imposible dar fiesta. No obstante, una vez más, ahí está la tarjeta de visita de este torerazo: ¿algún apoderado inteligente -aunque casi siempre sean dos términos contrarios- la quiere?
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