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Griñán, en su mejor momento

Griñán, en su mejor momento

jueves 20 de septiembre de 2012, 18:02h
Está que se sale. Por encima del bien y del mal es capaz de dar respuestas convicentes a cualquier cuestión que se le plantée. Otra cosa es que esas respuestas, ágiles y demagógicas, convenzan a un auditorio en el que la mayoría de los asistentes forma pàrte de una clase empresarial que no atraviesa por sus mejores momentos y que reclama unos pagos urgentes que la Junta no es capaz de darles por su falta de liquidez. El caso es que Pepe Griñán se muestra en estos momentos más seguro de sí mismo que nunca. El pasado miércoles asistí a un desayuno coloquio organizado por el foro Nueva Economía en el que el presidente de la Junta, arropado por casi todos los miembros de su Gobierno, por la plana mayor de su Ejecutiva Regional encabezada por la presidenta Amparo Rubiales, y por figuras señeras en Andalucía como el ex presidente Rafael Escuredo, desgranó en un discurso de más de media hora sus claves para salir de la crisis. No, no se engañen. Griñán no aportó nada nuevo. Se limitó a criticar las medidas adoptadas por Rajoy y a señalar que la obsesiva reducción del déficit con los continuos recortes impuestos por el Ejecutivo del PP no nos sacarán de la crisis y ponen en peligro el estado democrático y la sociedad del bienestar que tanto trabajo nos ha costado construir. Nada nuevo bajo el sol. El fondo es el mismo de siempre, aunque han cambiado las formas.

Hace tan solo menos de un año, cuando todas las encuestas le daban la victoria por mayoría absoluta a Javier Arenas y Griñán optaba por agotar la legislatura haciendo caso omiso a las directrices de Ferraz para convocar las elecciones andaluzas anticipadas el 20-N junto a las generales, sus intervenciones públicas daban una clara visión de inseguridad, de rendición clara. Hace un año Griñán se parecía más a un gladiador derrotado que saludaba a Arenas con el lema de "Salve César, los que van a morir te saludan". Nadie daba un duro por él, y él evitaba comparecer publicamente (renunció incluso a la tribuna del prestigioso Club Antares donde comparecieron todos los candidatos a los comicios autonómicos) para evitar que sus convocatorias, otrora multitudinarias, se trocaran en actos íntimos. Los malos sondeos y las inquietantes investigaciones de la jueza Mercedes Alaya en el caso de los EREs fraudulentos de la Junta, le tenian acorralado y dispuesto a entregar la cuchara.

Pero como el Ave Fénix, el 25-M Pepe Griñán renació de sus cenizas y, pese a perder las elecciones, consiguió su reelección como presidente logrando, a la vez, desarmar a una oposición, la del PP, que con la fuga de Javier Arenas, quedó huérfana de liderazgo. A partir de entonces, Griñán se ha crecido. Su poder dentro del PSOE ha subido muchos enteros y, gracias al apoyo de IULV-CA, ha conseguido que su enemigo íntimo, Alfredo Pérez Rubalcaba, le considere un bastión intocable y una referencia ineludible para su organización política. La inseguridad se ha trocado en convicción y la duda en confianza. En estos momentos, el presidente andaluz es el referente al que acuden los socialistas para encabezar la oposición a la mayoría absoluta que el PP detenta tanto en el Congreso como en casi todas las comunidades y en los principales ayuntamientos españoles, sabiendo aprovechar y capitalizar electoralmente el creciente descontento social por los recortes pero dando la impresión de estar abierto a un diálogo y a una leal colaboración con el Gobierno de Rajoy en asunto claves como la unidad (eso sí, federal) del Estado frente a las aspiraciones independentistas de los catalanes. Aunque todo sea mera fachada.

Queda ahora por saber qué va a ocurrir el próximo 25 de septiembre cuando comparezcan ante la Comisión parlamentaria de Investigación de los EREs, tanto él, como su antecesor en el cargo, Manuel Chaves. Dado el escaso fuelle que le queda a la oposición del PP, con un presidente, Juan  Ignacio Zoido, más preocupado por resolver los problemas que afectan a Sevilla que liderar el partido ganador de las elecciones, no parece que vaya a ocurrir nada imprevisto. Como viene siendo habitual en casi todas las comparecencias, Chaves y Griñán, Griñán y Chaves, tanto monta, mota tanto, echarán balones fuera afirmando desconocer las irregularidades como si los EREs los hubiese pagado la iniciativa privada y no el dinero público de todos los andaluces. Pero es lo que hay. Un Gobierno andaluz que se deja llevar e ir a la contra por los acontecimientos que nacen en Madrid y una oposición andaluza que parece haber dejado de existir. Tenemos lo que nos merecemos. Así lo votamos el 25-M y así, si no ocurre algo extraordinario, lo aguantaremos hasta marzo del 2016.  
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