¿Qué puede unir a Carlos de Inglaterra y Felipe de España?
martes 16 de septiembre de 2014, 12:14h
A punto de cumplir 66 años, Charles Philip Arthur George Mountbatten -
Windsor sigue siendo Príncipe de Gales y no parece que su madre esté
dispuesta a pasarle la corona de Gran Bretaña. Con los 46 cumplidos,
Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia ya es
Rey de España tras la abdicación de su padre. ¿ Qué puede unir a estos
dos hijos de reyes salvo una antepasada muy lejana que permite a las dos
monarquías llamarse "primos"?.
Charles será Carlos III si llega al trono. Felipe es ya Felipe VI. Y
ambos tienen que remontarse más de 300 años para encontrar a los que con
su mismo nombre tuvieron la corona de sus países sobre sus cabezas:
Carlos de Inglaterra y Escocia reinó durante 25 años, se exilió dos
veces a Francia, combatió a la República de Cromwell y reconoció a 14
hijos ilegítimos mientras perdonaba a los políticos que se habían alzado
contra su padre pero ajusticiaba a los jueces que le habían condenado.
Felipe V se hizo con el trono de España tras pelearlo con el archiduque
Carlos, apoyado por su abuelo el rey francés, y dejó a Cataluña sin sus
privilegios igualándola con Castilla. De sus dos matrimonios fue Isabel
Farnesio quién se encargó de la administración del Reino dado el estado
de locura en el que vivió sus últimos años.
Como se ve, tampoco la historia les une mucho. Sí les une la actualidad y
el previsible futuro de sus naciones. Escocia va a votar entre la
independencia y el seguir unida a Gran Bretaña y lo más probable es que,
por escaso margen, se quede donde está pero dotada de mucha mayor
autonomía. Será el gran logro de Alex Salmond frente al primer ministro
Cameron y un paso que a buen seguro querrán seguir Gales, Irlanda del
Norte y la propia Inglaterra. La reina Isabel se ha limitado a decir a
los escoceses que sean prudentes. Es reina y quiere seguir siéndolo en
todos los territorios de las islas.
En España, Cataluña quiere celebrar un referéndum sobre la
independencia, que no tendrá lugar como tal el nueve de noviembre pero
que más pronto o más tarde se tendrá que abordar desde el estado. Una
Cataluña que al igual que ha pasado con Euskadi y en menor medida con
Galicia ha visto como en la España del siglo XXI nadie quiere ser menor
que nadie al margen de derechos y reivindicaciones históricas. Nuestra
Casa Real navega como puede entre las peleas políticas y las normas
constitucionales.
Las dos Monarquías parecen abocadas a convertirse en monarquías
federales, a ser el punto de encuentro de los territorios y naciones que
las conforman. Carlos Windsor tendrá que favorecer el futuro equilibrio
autonómico de Gran Bretaña; y Felipe de Borbón tendrá que propiciar una
reforma de nuestra Constitución que ayudé a terminar con el histórico
debate de la identidad nacional española como suma de identidades.
El mayor peligro para los dos monarcas, el que lo será y el que ya lo
es, está en los partidos políticos y en su reticencia a cambiar unas
reglas de juego que se han manifestado caducas y muy poco aceptables por
la sociedad para los tiempos que vivimos. Al reinar y no gobernar. la
transformación de las estructuras políticas, económicas y sociales que
demandan sus países depende de los líderes y dirigentes de las
formaciones partidistas y de los calendarios electorales a los que se
someten y que, para ellos, representan el ser o no ser.
Los 20 años de edad que les separan representan el tiempo que tiene cada
uno de ellos para favorecer la evolución de Gran Bretaña y España.
Carlos tiene su edad en contra pero cuenta con el asentamiento de la
monarquía de los Windsor por encima de las peleas políticas y
territoriales. La opción republicana no la contemplan hoy por hoy
ninguno de los partidos que conforman el tejido político desde Londres
Edimburgo. Felipe tiene la edad a su favor pero la monarquía española
tiene en el inmediato pasado dos Repúblicas fallidas y en el futuro un
sentimiento republicano que no para de crecer. Es muy posible que el
Federalismo sea la solución para ambos.